lunes, 7 de febrero de 2011

Elecciones sindicales secretas

Solo en este fantástico, democrático y constitucional país se convocan unas elecciones sindicales secretas. Tal es el caso de la empresa de Seguridad Privada Prosegur-Barcelona.
Los sindicatos mayoritarios UGT y CCOO no se han dignado ni siquiera a informar a sus propios afiliados, supongo que ante el temor de que se extienda la noticia de dichas elecciones. Los pocos que se han enterado ha sido gracias a la labor voluntaria de sindicatos independientes sin representación y por lo tanto sin liberados. Dedicando su tiempo libre a informar a sus compañeros.
Con todo estas elecciones serían impugnables legalmente por perpetrarse con nocturnidad y alevosía. Desgraciadamente esto no pasará porque hace tiempo que el sector esta desmovilizado, tocado y hundido. Sin esperanza.Nadie con dos dedos de frente, o con dos años de desencanto, considerará la profesión de vigilante mas que como una forma de ganar dinero, lejos de ser una verdadero trabajo profesional.
Los abusos de empresas y clientes, mas el abandono de la administraciones y sindicatos han impedido que una labor que desempeñan decenas de miles de personas se consolide como una vocación laboral viable, mas allá del salario puntual.

3 comentarios:

  1. Siempre digo que la profesión de vigilante la devalúan muchas veces los propios vigilantes, llamándose a sí mismos seguratas o descuidando la uniformidad o los modales en algunas ocasiones.

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  2. He visto vigilantes de seguridad o "seguratas" que me han parecido muy mayores, casi abueletes, otros muy panzudos, muy torpes para correr detras de un ágil ladronzuelo, señoras y chicas de aspecto nada policial, etc. ¿No exigen unos mínimos de presencia, fuerza, altura, etc?
    ¡Abrazos!

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  3. Ufff... una vez me reí a base de bien de uno, en un banco. Fue a toro pasado porque en ese momento no me apercibí del significado.

    Era un banco de esos en que no entras si antes no se ha cerrado la primera puerta, te quedas encerrada durante unos segundos en una cabina de cristal.
    Vale, pues eso, entré así y pedí tanda al grupo de marujas que estaban allí sin orden ni concierto, sin guardar fila.

    Al poco se acerca el segurata, preguntando no sé qué. Se dirigió a mí también y dijo algo de unas llaves. No le hice caso, creyendo que se refería a si había perdido mis llaves porque él había encontrado unas; como estaba segura de no haberlas perdido (¡juas juas!, ahora diré por qué), me limité a negar con la cabeza.

    El pobre se quedó indeciso ante la negativa de todas y ya no dijo nada.

    Resulta que había saltado la alarma en la cabina esa de los cojones y sí, la causante fui yo, porque llevaba encima todas las llaves del colegio de mi hijo, más de 15. Cuando el conserje necesitaba algo, venía a pedirme la llave de tal sitio, je je je...

    En fin, dos cosas: la alarma saltó, pero no señaló al sospechoso, puesto que entré sin dificultad y me mezclé entre los demás. Lo inquietante es que el de seguridad se conformó con la negativa de todos, sin preocuparse más. ¿Y si en vez de llevar un manojo de llaves del colegio llevase una pistola? Poco me hubiese costado cargármelo a él, atemorizar a las marujas y... Bueno, no sigo porque de eso no entiendo.

    Lo que quiero decir es que no hay profesionalidad entre los guardias de seguridad, se toman su trabajo como si fuesen dependientes de supermercado. Pasan de todo "porque no les pagan para buscarse problemas". Pues vaya, para esto sobran, son floreros.

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