sábado, 30 de junio de 2012

Intoxicación independentista



Que los independentistas estén siempre dando la matraca con sus absurdas aspiraciones resulta normal.
Que intenten engañar torticeramente también.
Lo que ya no resulta tan normal es que haya quienes, sin ser independentistas, se lo crean y extiendan la falsedad dándola por hecha, haciéndoles el juego y propagando la intoxicación.

Las encuestas que se han publicado son más falsas que una moneda de tres euros. 
Hay que tener sentido común y darse cuenta de que la cantidad de catalanes cuyo origen es del resto de España es tan grande que de ningún modo dichas encuestas tienen fiabilidad, aparte de que curiosamente, no conozco a absolutamente nadie a quien hayan preguntado al respecto. Ni nadie que conozca a nadie en el caso.

No me preocupan las falsas encuestas, pero sí me molesta que haya quienes se las crean y se dediquen a extender la pestilencia del engaño, pues no olvidemos que una mentira repetida constantemente acaba siendo considerada verdad por los débiles de espíritu que se dejan llevar sin molestarse en razonar. Al parecer cansa mucho, esto de pensar.

Si analizamos la exigencia de independencia nos encontramos con unos necios carentes de sentido común, ya que hacerse con el poder no garantiza en modo alguno librarse de problemas sino exactamente lo contrario. No hay dinero en las arcas catalanas, el tripartito se lo fundió todo y Artur Mas no les ha pedido explicaciones, señal de que piensa seguir el mismo método de saqueo.

Exactamente, la independencia no es más que una pretensión de saquear Cataluña sin cortapisas de España, no tener que repartir el pastel y así tocar a más.
Repiten constantemente que "España nos roba", mientras que en el resto de España ponen el grito en el cielo al considerar que a Cataluña se le da mucho más que a otras regiones.
Son las eternas pullas inacabables entre hermanos celosos, cada uno envidiando lo del otro a pesar de que cada uno tenga lo suficiente.

Quienes piden la independencia de Cataluña (y la del País Vasco), sólo quieren saquear, llenarse los bolsillos y vivir a nuestra costa teniendo una tarta para ellos solos.
Exigen lo que aseguran pertenecerles, despreciando la opinión y el sentir de incluso catalanes de generaciones. como se aprecia en mi entrada de noviembre de 2009. Desprecian a todo aquel que no piense como ellos ¡y luego piden respeto!

Los ladrones siempre exigen respeto pero nunca lo aplican a su vez.


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