En esta semana calentita en varios aspectos, uno de ellos tiene que ver con la decisión de la presidenta de Argentina (nos siguen llamando a España, la madre patria), Cristina Fernández, de nacionalizar una empresa petrolífera que trabaja en ese “hermano” país y de hasta entonces, propiedad de una multinacional española. El ministro español de Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha definido este acto con la siguiente frase; “ha sido "pegarse un tiro en el pie". Probablemente, el ministro, se refiera a los daños colaterales que pueden sufrir o repercutir en el pueblo argentino, tras la expropiación y saltarse a la “torera” las leyes que garantizan los acuerdos entre países y empresas para inversiones y colaboraciones entre los pueblos.
Sin embargo, estas actuaciones o mejor dicho expropiaciones, por lo recurrente de la frasecita del tiro, me trae lejanos recuerdos de la adolescencia, en aquella aldea gallega de una ria baixa.
Entonces, cuando alguien “disparaba antes de preguntar” , o más bien, tomaba decisiones antes de consultar o reflexionar y así, evitar daños o perjuicios a terceras personas, hoy se llaman “daños colaterales”, mi abuelo, refiriéndose a la persona que cometía estos actos, repetía esta frase; “ está visto que, este hombre (o mujer), con tal de ver un tuerto, capaz es de sacarse un ojo”.
Decadas después, algunos y algunas, prefieren pegarse un tiro en el pié…razón tenía mi abuelo.
Y también se lo dan en algún pueblo.
Pero, estas cosas, ocurren a diario y en todas las barriadas, pueblos, ciudades, etc., . Sin ir más lejos, apenas hace unos días, presencié algo similar.
Estaba reunido con otras personas, en el despacho de uno de los presentes, y se hablaba sobre relaciones de las personas y su compromiso con la sociedad, la más cercana, la de un barrio o localidad pequeña.
En un momento de la conversación y que todavía desconozco el motivo o la razón, una persona que hasta ese momento era conocida por mí, me sorprendió con una pregunta; “ ¿Y tú, quién eres en este pueblo?”…no cabe duda que me sorprendió y hasta me dejó un poco descolocado, es más, me pareció muy propio de alguien desconocido para mí.
Tras guardar un silencio reflexivo, opté por dar una respuesta típica de la educación cristiana de los años 60, y contesté; “yo, no soy nada, no soy nadie”. Respuesta esta, que al interrogador confortó por la expresión de su cara.
Volviendo a la respuesta, probablemente, no fue muy sincera. Al fin y al cabo, uno tiene su corazoncito y si volvemos a la reflexión cristiana, ésta nos enseña que somos alguien, somos hijos de Dios…quizá, en este pueblo no sea nada, pero…si, en el de Dios. Y esto, para un creyente, no es moco de pavo.
Como es obvio, la cosa quedó así, es más, la persona que había formulado esta tan “interesante” pregunta, la “pregunta del siglo”, se sintió durante el resto de la entrevista o reunión, algo más reconfortada y satisfecha consigo misma. Al parecer, había sido una forma de mantener “distancias” y una percepción muy relativa y que generalmente llamamos, mirar desde arriba al de abajo. Fácil para quien lo hace desde su propio (prestado por un tiempo) despacho y asiento más alto.
Uno, no lo puede evitar, y ya pasadas unas horas, no podía olvidar la pregunta, la ridícula respuesta por mi parte, y posteriores intercambios de miradas entre los que nos hallábamos en aquel despacho.
Una y otra vez, aparecía por mi mente, esas imágenes, sonaba la pregunta y recordaba la sonrisa de la “inquisidora” desde el “trono” de aquel despacho, de una zona “noble”. La experiencia me ha enseñado a tomarme un poquito de tiempo y encontrar por mí mismo, las respuestas de las dudas que otras personas me causan o transmiten.
Y la encontré, encontré la respuesta que en su momento debí dar y no dí. Ya no se trataba de ser más o menos ágil mentalmente que mi interlocutora, unas horas antes. Se trataba de responderme a mi mismo, al fin y al cabo, soy el más importante para…mi.
Y esta fue mi respuesta a la pregunta de ¿quien soy yo en este pueblo?.
Ahí va la respuesta; “ un contribuyente, que paga impuestos,respeta las leyes, colabora socialmente sin ánimo de lucro, procura ayudar a su comunidad y que cuando es requerido, vota a listas y partidos que a la vez, colocan o designan a personas para dirigir administraciones." Algunas de estas, una vez sentadas en el “trono”, como que ven las cosas muy difusas y distantes.
Y a esto, como le llamamos? ; “pegarse un tiro en el pié” o “sacarse un ojo” ?
La sensatez recomienda evitar las armas de fuego, sobre todo a menores , no autorizados o incapacitados, no sea que se dén un tiro en el pié.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por vuestros comentarios, en breve serán públicados.