El drama de la emigración

A pesar de la crisis, a pesar de los cinco millones de parados, las pateras no dejan de descargar sus cargas humanas. La última, anteayer. Sus treintas ocupantes fueron salvado in extremis de morir ahogados gracias a un guardia que los fue sacando del agua uno a uno. El otro día otra patera tuvo que hacer un atraque de emergencia en la isla de Alborán porque una de las pasajeras se puso de parto. Final feliz, nació sana y salva la niña, a pesar de su insensata y mala madre que se expuso a semejante viaje. Si hubiera sido española le habría retirado la patria potestad ipso facto.
¿Pero por que vienen?
Sin duda una pregunta absurda, Europa esta de moda en sus países y piensan que aquí encontrarán el paraíso del cosumista feliz. Craso error del que no tardan en darse cuenta, cuando empiezan a trabajar en empleos en régimen de semiesclavitud, en el mejor de los casos, cuando no caen en la indigencia o la prostitución.
Eso si, los musulmanes lo tienen mejor montado, ayudándose unos a otros en pisos patera y centros de acogida a cambio de un adoctrinamiento radical. Futuras células terroristas durmientes, o silentes. No se lo voy a reprochar, yo si fuera musulmán también sería de Al Qaeda, es una consecuencia lógica a este mundo depravado, supuestamente gobernado por cristianos.
En realidad cristianos poco cristianos, sino viles sanguijuelas que ante el hundimiento del sistema capitalista están tirando por la calle de en medio, la importación de millones de esclavos para competir con las no menos atroces sociedades asiáticas.
Llegados a este punto del siglo XXI podemos decir que el ser humano lo tiene chungo.