En otro día en un acto de presentación del partido de Joan Laporta en Valencia, se produjo un pequeño incidente. Insultos y suelta de una sustancia irritante, que algunos han indentificado de polvos pica-pica. Parece una broma pero no lo es.
Estamos ante uno de esos límites de la democracia.
Si la política es la guerra por otros medios, la democracía es la política por medios pacificos. Pero una cosa es ser demócrata y otra ser tonto o idiota en la termilogía original griega. Que duda cabe que los partidos independentistas son de democracia unidireccional, una vez llegados al poder y logrados los objetivos independentistas, se acabo la democracia para los no nacionalistas. No hay vuelta atras en caso de secesión.
Si Cataluña ya fuese independiente, el acto de Laporta ayer en Valencia habría sido considerado acto de guerra. Habría habido ruptura de relaciones diplomaticas y alerta máxima en las fuerzas armadas. Sin embargo esto se tolera, no hay legislación especifica sobre el tema. Se da por supuesto que son maniobras inofensivas, de pura propaganda para los catalanistas, sin ninguna consecuencia práctica en la Comunidad Valenciana, aunque seguidores de los Països Catalanes haberlos haylos.
Pero que sea inofensivo no quiere decir que no sea ofensivo, y a lo acontecido me remito.
Cualquier cosa puede considerarse ofensiva hoy día, depende de unos y otros.
ResponderEliminarPersonalmente, opino que Laporta es un payaso. Pero a la vista de su reciente trayectoria, un payaso peligroso porque arrastra a más payasos con él.
Ahora bien, quien agrede es porque carece de razón. Las razones se argumentan y prueban; sólo los incapacitados para ello lo resuelven agrediendo físicamente y por ello, pierden dicha razón si es que la tuvieran.