lunes, 28 de febrero de 2011

Miquel Aguirre.

El primer recuerdo que tengo de Miquel es en una de las fiestas de fin de año que mis padres junto con sus amigos celebraban.Yo debía tener unos diez años.Tengo muy presente aquellos días ya que para mi era un hombre muy peculiar,su manera de hablar y sus andares, todos le escuchaban atentos como un gran orador que era, cada año preparaba un discurso que duraba interminables minutos, mentiría si dijera que me acuerdo de lo que decía, pero lo que estaba claro es que nos embaucaba a todos.
El segundo recuerdo que tengo fue en unos años muy difíciles para mi, en que su sabiduría me ayudó a superar algo terrible como el pánico y la ansiedad, gracias a él conocí la Terapia Gestalt, aunque sé de buena tinta que no creía demasiado en la psicología. Fue un magnífico profesional.

La última vez que le vi fue en la puerta de su consulta, mi madre hablaba con él, me acerqué y me dijo:
-Marta que guapa estás! Como va todo?.
En sus ojos se veía reflejada ya la lucha contra la carrera de la vida pero una vez más pensé en que nunca nos iba a tocar y no sé como no me lo imaginaba con la de veces que nos ha pasado.
Él creyó en el Tao, en la medicina tradicional china, en la vida sana y natural, en la Acupuntura y en llevar un vida tranquila, me lo repitió miles de veces: -Tómate la vida con más tranquilidad!
Es tan injusto que una persona que dedica su vida a ayudar a los demás se vaya así, sin más, y además sufriendo en sus carnes un auténtico calvario.
Me permito el derecho desde estas líneas a darle las gracias, de parte de todas aquellas personas a las que ayudó durante años, y decirle que no habrá otro como él, ni como Acupuntor, ni como persona, ni como amigo, ni como padre, ni como marido.
Ni diré aquello de "estés donde estés" porque todos sabemos la cruda verdad de donde te encuentras, lo que sabemos seguro es que nos volveremos a encontrar, quizás no como seres humanos, sino como una gota de agua, una ventisca o un rayo de luz, nos cruzaremos sin saberlo y llenarás de nuevo nuestras vidas de esperanza.

Gracias, gracias por haber aportado al mundo tu existencia.
    
                                                               
Me gustaría dedicarle este poema:

A UN OLMO SECO

 Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.

  ¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.

  No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.

  Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.

  Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas en alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas, 
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida. 

Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
Antonio Machado, 4 de mayo de 1912

                                                                      

                                                                      para  Anna, Carolina, Paula y Miquel.
                                                                     para sus familiares, amigos y conocidos.
                                                                    para sus alumnos y sus pacientes.
                                                                                                                              
Paz y luz para todos.

2 comentarios:

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