martes, 29 de marzo de 2011

Raros cambios en Cataluña o el "Efecto Anglada"


Artículo publicado originalmente en la columna de Opinión de Alerta Digital.

Raros cambios en Cataluña o el “Efecto Anglada”

Hasta hace nada, pensar que la casta política catalana osáse mencionar a los inmigrantes no siendo para ponerlos por las nubes, dándoles las gracias por “pagarnos las pensiones” y celebrando con alborozo el “intercambio de culturas”, era una completa fantasía, algo impensable ni siquiera a corto plazo. Pero sorprendentemente, está sucediendo.
Varios ediles han decidido perseguir a los delincuentes multireincidentes, aunque sean, ¡oh, sorpresa!, musulmanes en su mayoría, olvidando que ayer mismo les estrecharon la mano ante las cámaras, con una sonrisa de oreja a oreja y les consideraron excelentes personas, preocupadas por la buena convivencia vecinal, indispensables para la vida social del municipio. ¿Qué importaba que tuviésen múltiples denuncias por delincuencia y violencia de género? Minucias sin importancia, bobadas, cosas de los fachas que no entienden porque mantienen los pies en el suelo y son incapaces de elevarse hasta planos superiores en los que los progresistas flotan felices en un magma de sueños… de sueños… ejem…, realmente no tengo idea de en qué consisten estos sueños, porque más bien me parecen pesadillas. Confieso humildemente mi incapacidad para darme cuenta del “bien” que supone, según la política habitual, que a hordas de inmigrantes, ya musulmanes, ya bandas latinas, se les haya permitido campar a sus anchas tranquilamente, hasta el punto de reírse de la policía en su misma cara, dando vivas a España por ser el paraíso de la delincuencia.

También sorprende que cierto partido, sucursal de otro nacional, se haya empeñado en alzarse como garante de la defensa de los catalanes ante los abusos de la inmigración. Y resulta curioso porque, aparte de que nunca se ha preocupado por esto antes, además de que dicho partido -la central- fue el causante de abrir las puertas a la inmigración salvaje a escala nacional, fuera de Cataluña no dan signos de pretender enmendar el colosal desaguisado perpetrado, puesto que en sus feudos de Valencia y Madrid siguen con la política de favorecer a los inmigrantes en detrimiento de los autóctonos.
Su postura es tan falsa, que tampoco coincide la badalonesa con la hospitalense, ambos municipios barceloneses, por lo que poca credibilidad puede esperarse de la señora que preside dicho partido en Cataluña, la que en 1996 dirigía el Ministerio de Trabajo cuando se hicieron las primeras legalizaciones masivas en España y que en las pasadas autonómicas se dedicó al “tiro al inmigrante” con un videojuego, desmostrando así la importancia que le da a su trabajo.

De todo esto se desprende que el “Efecto Anglada” causa honda y notable inquietud en quienes nunca han dado importancia a lo que realmente preocupa, no solo a los catalanes, sino a todos los españoles en general.
Mientras toda la casta política ha sido una piña en el tema de la inmigración, otorgándoles cada vez más privilegios y dinero, sin importarles que sea a costa de quitárnoslos a nosotros, no pasaba nada, pero a raíz de las pasadas autonómicas todo cambió por completo. El programa de la Plataforma per Catalunya arrasó en la sociedad. Anglada y solo Josep Anglada ofrecía lo que las personas de bien, preocupadas por su identidad, su cultura, su integridad física, mental y moral, y sus derechos arrebatados, pedían a la casta política.
Solo entonces, temiendo perder sus poltronas, empezaron a inquietarse y su reacción fue en principio la habitual de quienes están acostumbrados a mentir y a usar todo tipo de tergiversaciones y subterfugios para mantenerse en el poder o para llegar a él: acusaron a Anglada de ultra, fascista, vividor, moroso, independentista, y todo lo que se les ocurrió, en una absurda escalada de despropósitos a cual más necios y sin sentido por las evidentes contradicciones entre ellos.
Al ver que con este infantil plan no conseguían que la Plataforma per Catalunya dejase de crecer a ojos vista, decidieron copiarla, en el convencimiento de que, al ser más conocidos, se llevarían el gato al agua. Otro error. Craso error, porque precisamente, son tan conocidos que ya no pueden engañar más que a algunos despistados que no sepan de sus haceres a lo largo de los años.

Mención aparte merecen los partidos “identitarios” que aparecen como setas en otoño y a los que Josep Anglada ha calificado muy acertadamente como “partidos top manta”. Todos sin excepción han sido creados por gente salida de la PxC. Algunos -muchos-, de ética dudosa, según el reguero que han dejado tras de sí, con un tufo más que repugnante, ese hedor de cosa putrefacta que se pega a la ropa y acaba obligando a quemarla porque ni el desinfectante más potente consigue devolverle el uso.

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