sábado, 2 de abril de 2011

Muerte de otro vigilante

Un energumeno jóven y borracho, como tantos otros que corren cada fin de semana. Ataco y mató a un vigilante en la estación de Casteldefells.
Ahora cada uno hace su paripe. Los sindicatos denuncian, la empresa lamenta, el alcalde se conduele y el conseller Felip Puis, responsable último de la Seguridad Privada en Cataluña, convoca una reunión.
Pero todos sabemos que lo sucedido es otro caso de muerte anunciada. El vigilante estaba vendido por anticipado. Solo, desarmado, mal entrenado, cansado...seguramente llevaría toda la noche de pie, porque sentarse hace feo y se sanciona. Es cuestión de tiempo que uno de los muchos incidentes que surgen cada fin de semana, donde hordas de jovenes enloquecidos toman la calle, algo salga mal. Lo extraño es que no ocurra mas a menudo.
Cada vez hay mas jovenes enloquecidos, alcoholizados y drogados. Envalentonados porque sus actos no tienen ninguna consecuencia. No tardaremos en volver a ver a ese hijodeputa asesino en la calle.
La policia no da abasto para reprimir el gamberrismo que acaba desembocando en el crimen. Las leyes son tolerantes con los pobrecitos inadaptados sociopatas. O son absurdas, como la Ley de la Seguridad Privada, que es un autentico cachondeo. Y que basicamente consiste en ponerle un uniforme a un particular y allá tu te las compongas mientras otro se forran.
Sin autoridad legal, sin defensa física ni jurídica. Sin coordinación, no ya con la policía, los señoritos funcionarios, sino con una mínima organización privada, dada la dispersión de empresas que hay; cada una con su chiringuito particular. Cuando para ser y actuar como una minima policia privada, no deberían de haber mas de tres o cuatro grandes empresas de Seguridad Privada. A ser posible coordinadas entre ellas por medio de la policia. Sin embargo a cientos de ellas.
Pero que se puede pedir de este país si el encargado de todo ello es el presunto Rubalcava.

3 comentarios:

  1. Describes bien el panorama. Lo que no entiendo es porque todos los agentes privados de seguridad no llevan por lo menos una pistola tacher eléctrica. Al que se ponga violento, una descarga y le deja tranquilo un buen rato.

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  2. Qué mal. Mis condolencias.

    La pistola eléctrica estaría muy bien, pero... esas empresas no se preocupan realmente por ninguna seguridad, sino por hacer negocio y con el uniforme ya "gastan mucho"...

    El (des)Gobierno debería legislar, pero esto es pedir peras al olmo, ya que sólo se preocupan de cosas innecesarias y que además, la sociedad rechaza en su mayoría.

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  3. Hay cosas que no entiendo. Lo mismo entran en el tren de cercanías (el que suelo coger yo: Murcia-Alicante)un grupo de cuatro seguratas, que ves en los andenes a uno solo para afrontar cualquier incontingencia. Me he estado fijando ahora en el de la estación de Orihuela, todo el rato que ha estado detenido el tren se ha dedicado a impedir que la gente cruzase por la vía, y llegaban muchas personas con unas prisas enormes porque el tren estaba a punto de arrancar. Podría haberse dado el caso de que un par de chulos musculosos, y quizá bebidos, se hubiesen enfrentado a él y ¡catapún, ya la tenemos liada!
    A tenor de lo que leo en la prensa, me parece que los profesionales más vulnerables en zonas urbanas son los seguratas, los taxistas y los médicos de los centros de salud.
    ¡Abrazos!

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