domingo, 30 de octubre de 2011

La regresión de Occidente.



Los occidentales, aquellos que se autodenominan civilizados, para mí que solo de palabra, nunca de hecho, al menos, deberían intentar conseguir un mundo donde el fuerte protegiese al débil. Un mundo idílico. Para un Somalí, idílico o placentero sería comer todos los días. Para los bruto políticos que hacen la ponencia es comprarse un yate de 30 metros de eslora, que lo baldee o limpie un grupo de hawaianas y que no se lo jodan los somalíes al paso por su demarcación o litoral marítimo internacional que es suyo y les corresponde; así nunca se conseguirá nada, solo desidia y ánimos de venganza.
Pero nunca más lejos de la realidad, no es que los fuertes estén tratando de unificar criterios con el fin de aligerar las necesidades de los débiles, es más, están desuniendo los ya existentes, cambiando petróleo por sangre. Eso es una torpeza más a tener en cuenta por parte del político occidental, el que dice ser bueno, generoso e inmaculado. Cuando se han dado cuenta han colmado de potentes armas al débil, tan potentes como para derribar un avión comercial a 12.000 metros de altura, tan potentes como para arrasar una ciudad de 100.000 habitantes en una hora, tan potentes como para “colocar” un misil en Bruselas con una precisión de +- 30 centímetros y eso es preocupante para los occidentales que cuestionan muy mucho la supremacía de EEUU, mucho más cuando a ellos se les ve el culo como el 11S. Creo que esta realidad es menos consistente que la utopía.
Recuerdo a la perfección la no se que número de guerras del golfo, me refiero a la que Busch padre se pasaba noche y día intentando convencer al mundo de que Huessin era malo y, en verdad, bueno no era. Puso en pie de guerra a medio mundo, inicio unas “guerrillas” de adiestramiento y cuando sus aliados occidentales se hartaron, abandonó para atestiguar la historia de fracasos militares estadounidenses (Corea y Vietnan). Dejó a los Irakíes armados hasta los dientes y el embargo que les hizo fue más fracaso que el de la guerrilla, porque el petróleo se lo llevaban los franceses y alemanes, sus socios de occidente, vía Jordania y Siria; por cierto, hasta Grecia se llevó su parte con el flete de sus mercantes y el 10% de comisión. No ignoraba lo que acontecía, pero sus aliados es escudaban en que había que alimentar a los débiles. ¿Así se igualan los fuertes y los débiles? No, así se debilita el poder económico del fuerte, porque el del débil, seguirá igual solo que más cabreado.

Después, Busch hijo, quiso rematar la obra que comenzó su padre y si lo consiguió, pero ¿Qué precio costó televisar la muerte de Hussein? ¿Dónde está la mejora del débil? ¿Cuántos inocentes murieron y siguen muriendo? ¿Dónde está la democracia prometida? ¿Es igual que la Afgana? Joder y ahora el Obama, dice que para navidades se van; vamos que a los débiles les esperan unas felices y prospera pascuas. Mientras como las economías se recalentaban, las fábricas de moneda de occidente, no paraban de fabricar dinero. Era yo un crío cuando ya sabía que la cantidad de moneda que circule por un país ha de ser estable y relacionada con el crecimiento real de la economía, de lo contrario se arruinaría la economía del país que lo hiciere.
Ahora, los occidentales, se dedican a fortalecer las primaveras musulmanas. A Túnez, le han buscado una ruina de incalculables dimensiones y para colmo de los ciudadanos que con mucha razón se manifestaron, los árabes buenos han financiado a los islamistas, dicen que moderados, mentira son primos hermanos de los sauditas, han ganado las elecciones y se acabaron hasta las vestimentas occidentales, otra vez la chilaba y el hiyab. Egipto al borde de la hambruna y Libia, ay Libia, Si malo era Gadafi, no quisiera caer yo en manos de los bestias que lo asesinaron. Ahora, parece ser que en Siria están quietos, ¿Sabéis cuántos muertos van en Siria? Pasa de 15.000.

Por esta regla de tres ¿Qué habría que hacer con Zapatero y su tropa, igual que con Hussein y Gadafi? Mi opinión, la escribo y la echo a la mar en una botella. Solo en dos años han generado tres millones de parados, se han cepillado la economía y la hambruna es más que evidente.
El Euro, por culpa de seguir la jugada del dólar, cabalga en un caballo famélico, si muerto, no; medio muerto, si está. Nosotros lo queremos obviar muy seguros y satisfechos de la obra estamos, ajenos por voluntad a la situación de un mundo que muere de hambre y vergüenza.
España necesita de una democracia Liberal para poder desarrollarnos dentro de una evolución donde las personas seamos lo primero.

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