martes, 15 de noviembre de 2011

Las nuevas dictaduras

Si el siglo XX se caracterizo por las dictaduras militaristas, el XXI nos sorprende con un nuevo tipo de dictadura, la de los mercados o los tecnocratas económicos. Aunque nos parezca sorprendente, la dictadura es o era una institución democrática, la constitución de la republica romana la recogía así. Se elegía un dictador con mando absoluto para tiempos de crisis, que en aquella época era siempre una invasión de los barbaros.
Ahora también nos invaden los barbaros, unos barbaros cargados de dinero, pero que no quieren dejarnos porque no se fían...y con razón. Los políticos occidentales se han caracterizado por derrochar y endeudarse sin tasa. Una deuda tan colosal que es imposible de devolver. Esa es la razón por la que se nos impone un dictador. En Grecia, en Italia...y pronto España.
Según parece el probable ganador de las próximas elecciones se erigira a si mismo en este tecnocrata-dictador, piensa imponer una dictablanda económica en la que recortarén en todo menos en Sanidad, Educación y Prestaciones Sociales. ¿Alguien se lo cree?
Es imposible que Rajoy, Maricomplejines, ataque con la tijera a sus pares, políticos, barones, caciques, banqueros y empresarios varios. No se dejarán, entonces volvera su faz de lobo sobre nosotros las pobrecitas ovejas. Y ahí empezarán sus problemas, porque nosotros tampoco nos vamos a dejar...y la calle es nuestra. Se avecinan grandes conflictos sociales.
Solución, un gobierno de concentración nacional, con otro dictador para ESpaña.
Las dictaduras militaristas del siglo pasado, mimaban a las clases bajas antes de enviarlas al matadero, las nuevas nos envian al matadero directamente, los que sobrevivan tal vez consigan un trabajo basura de subsistencia, hasta que caigan enfermos, como no podrán curarse moriran. En general los dictadores odian a las clases bajas, en su argot, CHUSMA.

1 comentario:

  1. En España, somos esclavos de la deuda. Gigante deuda privada, de unos tres billones de euros, de empresas y ciudadanos.

    Y una deuda pública que ha tomado el relevo a la privada, por un déficit imparable de las Administraciones. Pero no se cierran TV autonómicas ni se detienen los gastos de inmersión lingüística, por citar algunos improductivos.

    El Banco de España y Solbes debieron parar el endeudamiento brutal cuando en 2006 ya se veía como ibar la cosa disparada. Ahora sólo queda el llanto y crujir.


    A ver si no va a bastar con un Dictador al estilo romano y hace falta un Tirano, el estilo griego, al que elegían por cinco años ante una situación de emergencia.

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