lunes, 23 de enero de 2012

Fumando espero al rey que yo mas quiero


El reciente libro de Pilar Eyre, "La soledad de la reina", está urdando en la herida monárquica que sufre España desde la muerte del dictador.
Despojado de casi todo su poder por la Constitución, y con mucho tiempo libre, nuestro rey hacía honor a su nombre de Don Juan. Y no había falda que se le resistiese. Entre sus presas, revela Pilar Eyre a la mismisima Saritisima, a la que la reina pillaría in fraganti en no muy regia postura. Este episodio no sale en la biografia autorizada de Sara Montiel
Parece que este affaire no fue baladí, como otros tantos, sino que la reina cogiera tal rebote, que hasta abandono la Zarzuela en 1976, poniendo en peligro la estabilidad monárquica e incluso la modélica transición. Es de suponer que es desde esa fecha desde la que los reyes viven juntos pero en habitaciones, e incluso pisos separados.
Que conste que a mi no me parece ni mal ni bien que el rey haya sido un pichabrava. Desde la noche de los tiempos el hombre...y la mujer, son así. Lo que me jode es que nos mantuvieran engañados con el mito de la familia feliz.
Sobre la supuesta conspiración para derrocar la monarquía o facilitar la sucesión. No creo que haya nada de eso, sino que la gente se ha hartado de ver que todo es una farsa, sobre todo la economía. Que es la que hará que todo el tinglado que mantenía los oligarcas en España se venga abajo, con la monarquía incluida.

4 comentarios:

  1. Jo, qué esperpéntico es todo!, Doña Sara no cuenta eso en su biografía autorizada, pero sí cuenta que tuvo un lio con Severo Ochoa y cabrea a toda la familia. Algunas personas, cuando les llega la senilidad, ya no se acuerdan con quién han follado.

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  2. Hombre, las habitaciones separadas siempre ha sido algo habitual en la realeza.
    Tal vez en estos tiempos, el principito y su muñequita de plástico duerman juntos, pero tampoco lo aseguraría, la verdad. Me imagino a Felipito levantándose tremprano para despachar unos asuntos de Estado y a la histérica pegando gritos con que la ha despertado, ¡juas!

    Es normal que la Reina tomara el portante al encontrarse a la cabaretera en su propia casa, con total desfachatez de quien carece de vergüenza y dignidad.

    Ahora bien, que regresara aceptando su destino ya la sitúa en el trasnochado sentido del "deber" de una reina.

    Nadie va a agradecérselo. Ahí está, más sola que la una porque ni siquiera se ha preocupado jamás de aprender español y no tiene amigos al ser tan elitista que sólo se codea con grandes figuras internacionales de la música.

    ¿La Reina de España no sabe español? Así es. Una muñeca para hacer bonito, sonríendo encantada.

    Para darles perdigonadas de sal a toda la familia en sus regias posaderas, hombre.

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  3. Es que el matrimonio es muy pesado para llevarlo entre dos, hacen falta tres, o cuatro, o más...

    A la Eyre parece que la han vetado en Tele Cinco después de escribir el libro, según han publicado por ahí.

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  4. La monogamia ya de por sí es muy aburrida. La monogamia en la realeza tiene que ser un real coñazo, peor incluso que entre plebeyos porque están obligados a compartir espacio en mumerosos actos.
    Feliz martes!

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