lunes, 6 de febrero de 2012

No quiero añadir años a la vida, sino de dar vida a los años. Gracias, gracias a todos,



La personas tenemos el privilegio de cumplir años y, en cambio, cada vez que pasan más lo ocultamos. Lo otros animales o son jóvenes o son viejos, no pueden ocultarlo.
Cuando le proponen a una mujer de 80 años un viaje de la 3ª edad, dice: ¡Dice, ni hablar, eso es para viejos¡ En cambio, una de 60 pregunta: ¿Hay discoteca en el hotel que vamos a parar? La edad es un complemento cronológico de la ilusión del concepto de mortalidad o inmortalidad.

Vive, deja vivir que los años solo son una pauta limitadora que nos marcan los racionales. ¿Por qué? Porque me lo dijo mi vecina que lo ha probado y le va de bien……….
Si nos vamos atrás en el tiempo, no en los años, observamos que en el siglo XII con 25 años ya eras viejo. Creo que fue Jeal Paul Sartre quien en uno de sus escritos decía: “En la Francia medieval era la mujer quien delataba la vejez del hombre “cacareando” su potencia sexual. En España a principios del siglo pasado con 38 años ya eras muy mayor. Ahora bien, habréis observado que el término anciano ha desaparecido, difiero de los sociólogos que lo achacan al fuerte índice de subida de la esperanza de vida. Yo creo que ha sido como consecuencia de una noble subida de la semántica familiar.

Hoy, como tiempo; casi todos los jóvenes se sienten más jóvenes de lo, realmente, son. Han dejado un hueco entre edad real y la edad subjetiva, o sea, se niegan a ser adultos mayores. Esa diferencia entre la edad cronológica y la imagen que se tiene de ella se ha denominado identidad de edad subjetiva y es una percepción que está presente en todas las edades. En los más jóvenes, se ha identificado que la resistencia a verse mayores proviene de una negación del envejecimiento resultante de temores como "no poder lograr el éxito en la pareja y la carrera, experimentar declives sexuales o físicos y no tener una seguridad e independencia económica".


Yo que, hoy, cumplo años, preferiría ser viejo menos tiempo que serlo antes de la vejez.

Hoy, como ayer me desperté feliz, muy feliz, como siempre aun a sabiendas que me estaba haciendo más viejo. Pero cuando he visto la multitud de felicitaciones que me habéis enviado. ¡Coño¡ Casi que no me importaría volver a cumplir años mañana. Os quiero.

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