miércoles, 18 de julio de 2012

ARTICULO RETIRADO DE LA VERSIÓN DIGITAL DE LA VANGUARDIA.


Un amigo, me ha mandado este articulo por mail, y la verdad, que me da que pensar, de quien se puede beneficial,  de la actual situación que describe en él.  

ARTICULO RETIRADO DE LA VERSIÓN DIGITAL DE LA VANGUARDIA.

Auto suicidio, de Xavier Sala i Martín en La Vanguardia 17-06-2.012
A ver. Pensemos...
Si el peor enemigo de un país diseñara un plan para destruir su economía, ¿qué haría?
Pues supongo que intentaría desacreditar sus instituciones más importantes para sembrar la desconfianza entre los ciudadanos y que estos dejaran de consumir e invertir.
La estrategia podría empezar por desprestigiar a la primera autoridad (sea rey o presidente de la república) llevándole a cazar elefantes con una señorita alemana.
En medio de la cacería le obligaría a resbalar y a romperse la cadera para que tuviera que volver urgentemente a su país.
Así todo el mundo vería cómo se gasta decenas de miles de euros en un momento en que sus conciudadanos se hunden en la miseria.
Para rematar la faena, forzaría a un familiar próximo (por ejemplo, un yerno) a apropiarse de millones de euros explotando su influencia y luego expondría sus travesuras a la luz pública.
Es importante empezar sembrando dudas sobre la conveniencia de mantener en el poder a la primera familia del país.
A continuación exigiría a los miembros del Parlamento que siguieran una regla simple:
“Vota siempre lo contrario de tu adversario incluso cuando tiene razón e incluso cuando propone lo mismo que proponías tu en la anterior legislatura”.
Es crucial que la ciudadanía pierda la confianza en su clase política.
Seguiría con los más altos órganos del poder judicial.
Por ejemplo, haría que el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial se gastara dinero público para pasar fines de semana románticos en la Costa del Sol con su chófer (masculino).
Una vez malversado el dinero filtraría las facturas para desatar el escándalo y, acto seguido, haría que los jueces compañeros pusieran trabas a la investigación para proteger a su amigo.
Intentaría que eso pasara justo en el momento en que alcaldes, presidentes de comunidades y parlamentos y altos cargos de las administraciones del Estado están siendo juzgados por corrupción… ¡por esos mismos tribunales!
La desconfianza en la justicia es el mecanismo más seguro para hundir a un país.
Una vez desacreditado el jefe del Estado, las altas esferas de la política y la justicia, iría a por las élites económicas.
Aquí se podría lanzar un ataque contra uno de los empresarios más prestigiosos del país, posiblemente un banquero, destapando unas cuentas con miles de millones de euros en Suiza y, una vez destapado, haría que el Gobierno no le castigara.
Además, indultaría a uno de sus altos ejecutivos previamente condenado por sentencia firme ( SANTANDER ).
El siguiente paso consistiría en dilapidar miles de millones de euros de dinero público para evitar la quiebra de unos bancos y cajas por amigos, parientes y correligionarios políticos.
Y lo haría justo en el momento de pedir sacrificios y recortes de miles de millones a los ciudadanos.
Es esencial que la gente confunda libre mercado con amiguismo incestuoso entre poder empresarial y político.
Sin abandonar el terreno económico, obligaría al Banco Central y a la Comisión Nacional del Mercado de Valores a autorizar la salida a bolsa de uno de los mayores Bankios del país, a sabiendas de que estaba arruinado.
Eso haría que miles de ciudadanos perdieran sus ahorros comprando acciones de una empresa que ya estaba muerta antes de nacer.
Para hundir a un país, hay que conseguir que la gente de a pie pierda sus ahorros y que las entidades supervisoras que (en teoría) les protegen, contribuyan a su ruina.
Y finalmente, pondría a un gobierno incompetente a la hora de gestionar problemas económicos.
De hecho, lo haría durante dos legislaturas seguidas y con partido distinto en cada una de ellas.
Eso demostraría que la incompetencia no es de un solo partido sino de la clase política en su conjunto.
Los sucesivos gobiernos negarían las crisis económicas y echarían la culpa de todo a los extranjeros malignos.
Como traca final, haría que las autoridades europeas rescataran al sistema bancario del país y obligaría al presidente del Gobierno a negar repetidamente que se trata de un rescate.
También le forzaría a mentir argumentando que el rescate no tiene condiciones (o sólo “condiciones favorables”), cosa que los mismos europeos negarían unas horas más tarde.
Eso refrescaría la memoria de todos, recordándoles que quienes mandan son los mismos que mintieron con los “hilillos de plastilina” y las “dos vías de investigación”.
Es más, cuando la sociedad pidiera la comparecencia del presidente ante el Parlamento para dar explicaciones, le obligaría a decir (sin que se le escapara la risa) que su agenda internacional está tan llena que no hay tiempo para ir al Parlamento… y acto seguido cogería una avión oficial y me lo llevaría a ver un partido de fútbol con cargo al contribuyente.
La mofa y el escarnio llegarían a todos los rincones del planeta: “You say tomato, I say bailout”.
Esa sería la puya final ya que, unida al desprestigio de todas las grandes instituciones del país, eliminaría toda esperanza de salir del profundo agujero.
Los ánimos de la ciudadanía se hundirían, por fin, en la más profunda depresión.
Y ese sería el plan que diseñaría el peor enemigo de uno.
¡Sí! Ya sé que es tan retorcido, maquiavélico y exagerado que parece improbable que nadie nunca lo pueda llevar a cabo…
Pero nunca digas nunca porque siempre puede aparecer un país de pandereta cuyo peor enemigo sea él mismo y cuyas instituciones, todas y cada una de ellas, estén dispuestas a desprestigiarse a sí mismas ante el asombro del mundo entero, para conseguir el objetivo común: ¡el auto suicidio!
Xavier Sala i Martín, Universidad de Columbia, UPF i Fundació Umbele.


>Después de leer, la exposición del Sr. Xavier Sala i Martín, estoy totalmente de acuerdo con él, menos en ese pequeño detalle que es, el NO señalar quien saldría beneficiado con ese auto suicidio del país, y solo me queda que pensar en unos pocos, (quizás él, no quiso decirlo por aquello, de lo políticamente correcto)  

Yo lo pienso y lo digo, los nacionalistas  y separatistas, vascos y catalanes, que con sus ansias de ser independientes, en vez de ayudar a salir de la crisis, se posicionan en contra de la unidad de todos, diciendo que estando en España, les llevaran a la ruina, o "quizás a la cárcel"  si alguna vez se descubre,  que premeditadamente, ayudaron o manipularon la situación actual,  y de paso alguna otra autonomía, como, Galicia, Valencia o Andalucía, o quizás más, que ven sus dirigentes, la "oportunidad de librarse"  de los cargos de corrupción y robo descarado al pueblo, si finalmente se destruye la unidad de España.

Si analizamos, los hechos desde el suceso del 11 M, hasta  ahora, parece que se halla  seguido los pasos de una hoja de ruta bien calculada, en mi opinión, la solución pasa por declarar el estado de emergencia nacional, y suprimir todas las autonomías, hasta la recuperación económica, y después definir muy claramente las condiciones autonómicas que se concedan, que solo deberían de concederse, a aquellos territorio históricos, que en el momento de crearse la nación española, tenían el estatus de Reinos, como Navarra, Galicia, Aragon, Castilla, Valencia, Murcia y Granada.  Jurando defender la unidad de la nación española. <

>Los españoles, no podemos soportar,  18 gobiernos, con 18 parlamentos, con 18 presidentes, con cientos de miles de familias y amigos de estos gobiernos, todos corruptos, robando al pueblo, en esto si le doy la razón,  es un suicidio colectivo, pero de los de siempre.
¡¡DE EL PUEBLO ESPAÑOL!! <

2 comentarios:

  1. caramba, pues cuanto poder tienen los nacionalistas vascos y catalanes!

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  2. Pues si, aunque parezca mentira, durante años han estado haciendo su granero, sembrando y recogiendo sus cosechas, sin que el gobierno central les dijera ni mu, porque los necesitaban para gobernar, al no tener PP o PSOE, fuerza suficiente en los comicios, tengan en cuenta que estos nacionalistas, no son gente trabajadora del pueblo, (aunque siempre hay alguien que por cuatro chavos les hacen el trabajo sucio) son ricos burgueses, que no quieren pagar a una hacienda común del país, y piensan que con la independencia, serán los nuevos padres de la patria que se establezca, se sentirían como reyes y harán sus leyes y demás para librarse de pagar, siendo así, como señores feudales, que tendrán a sus súbditos siempre por debajo, sin que nadie les pueda decir desde Madrid, quien manda, el pueblo, como siempre a sufrir las consecuencias de los delirios de poder de unos cuantos. La muestra la tienes en Cataluña, recortes en todo, menos en lo de hacer país,

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