La colonizada Pilar Rahola

Pilar Rahola, filóloga, periodista, política, por este orden o cualquier otro que en ningún caso alteraría el producto, describe hoy su "catalana terra" como una colonia de España.

Bajo ese título rotundo y subjetivo: "La colonia", encoge el corazón de los catalanes en su columna habitual de La Vanguardia e intenta, de paso, sacarle los colores al resto de ciudadanos del Reino de España, madrileños, andaluces, riojanos, cántabros, asturianos, extremeños, castellanos, que ignoran su funesta e imperialista condición de colonizadores.

La colonia en la que ha vivido Pilar Rahola.

Así nos transmite Pilar Rahola la situación en la que se encuentra la "colonia" en la que vive. Cataluña asaltada, robada, saqueada por un Estado que, como todo el mundo sabe, sobre todo los mercados internacionales, vive en la abundancia a base de chuparle la sangre a Barcelona, Tarragona, Lleida y Girona.

¡Y pensar que aquellos tipos del 98, Machado, Baroja, Unamuno, Azorín, Maeztu, Ortega, se murieron convencidos de que habíamos perdido todas las colonias! Alguien, una médium como Anne Germaín, con la buena mano que tiene Pilar Rahola en Tele 5, debería invocar a aquellos desconsolados espíritus al plató de Jordi González, el traductor simultáneo entre el más allá y el más acá, y leerles el artículo de la filóloga, periodista, política, polemista, calderera, sastre, soldado y espía catalana.

Más que nada, para que aquellos prohombres recuperen la paz y la autoestima por toda la eternidad. Para que sepan, más de un siglo después de haber perdido aquello, que el imperio no había expirado con la caída de Cuba y el regreso de los últimos de Filipinas.

Nos queda, según Pilar Rahola, Catalunya, y probablemente un Euskadi que tenga sensaciones parecidas, y seguramente una parte de la opinión pública gallega, que en asuntos como esos se apunta a un bombardeo.

La funesta confusión de los padres de la Constitución

Ya sólo nos quedan tres "padres de la Constitución" del 78, pocas horas después de que Peces Barba se haya reunido con Solé Turá, Gabi Cisneros y Manuel Fraga. Y seguro que se ponen a revisar su anticuado modelo autonómico, su célebre título VIII, en cuanto descubran el fallo garrafal que cometieron en 1978 tras leerse la lección de historia que imparte esta mañana Pilar Rahola: ¿Cómo pudieron confundir a tres colonias, Cataluña, Euskadi y Galicia, con tres simples y prosaicas Comunidades Históricas?

El lío ya está armado. Había poco que reformar en una Constitución que se nos cae a pedazos; el futuro del Senado, la democracia interna de los partidos, la normativa electoral (listas abiertas, circunscripciones, D´Hont), la duplicidad y triplicidad administrativa, el ser o no ser de la monarquía, decenas de cuestiones que requieren arreglos de chapa y pintura, y se abre el melón del colonialismo en unos decímetro cuadrados de papel periódico de La Vanguardia que, por descontado, no se hace responsable de las opiniones vertidas por sus colaboradores.

La glotonería insaciable de "chocolate" del loro

Se lanza la piedra, se esconde la mano y se enmascaran décadas de Puyolismo, de Mantillismo tripartito, cuya megalomanía, faraonismo y electoralismo clientelar, han dejado a la Cataluña de Mas hecha unos zorros, en pelota picada, desnuda frente a un Estado harapiento, intentando echarle la culpa de la mediocridad política catalana al vanpirismo insaciable fiscal del Imperio.

Todo el gasto superfluo, la pomposidad, la inversión en embajaditas, televisiones públicas, chiringuitos abiertos para darle a Cataluña apariencia de "Estadito", lo considera Pilar Rahola anecdótico, el manido chocolate de un loro, al que se recurre habitualmente en los cuatro puntos cardinales, cuya glotonería durante décadas ha acabado hundiendo a España.

En la colonia donde vive Pilar Rahola, hay además un conceller de Economía tan cachondo, tan ingenioso, que resume la quiebra técnica de su Comunidad Autónoma con una frase que, según la autora de la reflexión, rezuma fina ironía: "Catalunya no tiene otro banco que el del Gobierno de España".

Es una forma muy cínica de explicar que ningún banco se fía ya de Cataluña, asunto que obliga a Mas-Colell a pedir papas en Madrid. Y aunque la conclusión es la misma: que Papá Estado tiene que acudir en ayuda a su hija pródiga en apuros, deja al descubierto la soberbia de una Generalitat, de un Honorable President, que se niega a reconocer que ha perdido la confianza de las agencias de calificación y de los mercados.

De Estado de las Autonomías a Estado de las Colonias

Si Cataluña ha sido una colonia, cuando todos los españoles creían que sólo era una Comunidad Histórica, debe haber millones de habitantes, en decenas de autonomías españolas, lamentándose de no haber sido colonias en las últimas décadas.

De no haber tenido Rocas, Molins, López Lerma, Trias, Durán i Lleidas, ordeñando las ubres del Estado vendiendo caros sus votos decisivos a Felipe, a Aznar, a Zapatero y ahora a un Rajoi, con mayoría absoluta, obsesionado con vestir el santo parlamentario del consenso.

Pilar Rahola ha abierto la caja de los truenos. Ahora todos van a querer dejar de ser parte del Estado de las Autonomías y van a exigir convertirse en parte del Estado de las Colonias.

Esteban García