domingo, 22 de julio de 2012

CORREO DE UN AMIGO


Un amigo de Cádiz, que recientemente ha estado en Barcelona, se sintió sorprendido por la cantinela de siempre del nacionalismo catalán, aquello  que  dicen, “España nos roba”  y que el pueblo español tiene una  "Deuda histórica  con  Cataluña".
Me envió por  correo electrónico, este comentario: Como veo que los nacionalistas catalanes tienen poca memoria histórica,  te mando esto para que lo pegues  por ahí, a ver  si aprenden un poco,  y dejan de mentir al pueblo.
Los decretos de Nueva Planta, tan denostados por los nacionalistas, tuvieron como efecto la modernización de la administración y fiscalidad catalana (que pasados los primeros momentos siguió siendo infinitamente más baja que en el resto de España,  a mediados del siglo XVIII la presión fiscal en Cataluña tenia un índice "moderno", 36%; en Toledo y territorios del sur, para la misma fecha, tenían el 87%, es decir, apenas hay excedentes).
Ello facilitó el desarrollo de las fuerzas productivas de Cataluña que vivió una verdadera edad de oro en el siglo XVIII  la economía, la industria y la población catalana  se duplicó, más que otras regiones en Europa Occidental,  solo encuentra parangón con el caso inglés, (con un crecimiento  muy poco menor que el catalán) con un mercado abierto a todo el país y a América,  y una verdadera colonización de algunos sectores: la pesca en Galicia, las "botigas" permanentes abiertas en todos los pueblos del país por los comerciantes catalanes, la presencia en todo el Mediterráneo de las "barcas" catalanas (Málaga, Almería y Cartagena,  entran de lleno en el área comercial de Barcelona),..., facilitando la formación de capital y la aparición de una burguesía moderna, capitalista en el pleno sentido de la palabra.
La burguesía (agraria) en Andalucía va a tener que esperar hasta la desamortización de Mendizábal en 1836 y, particularmente, la desaparición de los mayorazgos en 1841, para empezar a desenvolverse y comenzar el modo de producción y acumulación capitalista,  que en Cataluña se había producido al menos un siglo antes, gracias a los "mal dados" Decretos de Nueva Planta.
Pero la protección de los textiles catalanes (y del hierro vasco a partir de 1876, así como del carbón asturiano) impidió al resto un tratado de libre comercio con Inglaterra, como tenían otros países europeos (Francia incluida) y de ahí que la burguesía agraria andaluza perdiera alicientes para la exportación de los productos agrarios de Andalucía que hubieran capitalizado la región.
Resultado: una práctica agricultura de subsistencia, con llamativos niveles de pobreza. El bandolerismo fue una de las respuestas de una población atosigada de impuestos y sin perspectivas.
Otra fue el contrabando con Gibraltar, con redes que alcanzaban las principales urbes andaluzas que van a llegar hasta el franquismo (en mi niñez, productos de "lujo", como la mantequilla, el queso, relojes, etc.., venían de Gibraltar, salvo el café, que siempre era portugués).
También se utilizó Gibraltar como refugio y base para las intentonas liberales y progresistas. De ahí que amplios sectores populares no vieran Gibraltar como una amenaza o reivindicación, sino como fuente de "ingresos", de una u otra manera.
Nosotros, ( la mitad sur de España)  si que tenemos motivos para decir, que gracias al apoyo  que tuvo Cataluña, y la zona norte de España, incluso en tiempos de Franco, quedamos relegados a un segundo termino y sumidos en la pobreza. 

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