domingo, 19 de agosto de 2012

La vergüenza

Llevo días pensando en lo que le está pasando a mi país, España, Catalunya, llámenlo como quieran, pero desde luego la vergüenza que siento de vivir aquí es cada vez mayor. Parece ser, que tenemos instaurado un sistema de partidos políticos donde todos damos por hecho que nos roban, y no pasa nada.

Hace pocos días nos despertábamos con la noticia de que CiU debía pagar por Millet en el cas Palau,
por que un juez considera que Millet en parte usaba el dinero ilícito para financiar a Convergencia. La acusación es gravísima, pero nadie se responsabiliza de nada.

También hace relativamente poco, descubrimos que el ex-Conseller de Governació de ERC, Sr. Ausas, se dedica al contrabando de tabaco entre Andorra y España. Podríamos hablar del caso Gürtel, del Palma Arena, de Marbella, de Carlos Fabra, Urdangarín, de Filesa, de Bartu Muñoz, Prenafeta y Alavedra, la Consejeria de Empleo Andaluza, y cientos de casos donde el dinero público ha servido para enriquecer bolsillos privados de gestores públicos. Lo realmente cruel, es que ni siquiera protestamos y nos levantamos ante estas situaciones, por que damos por hecho que independientemente del partido en el que militan, nuestros gestores públicos usan a su conveniencia sus cargos para enriquecerse.

A mi criterio, o se limpian los partidos de toda esta “chusma” y empiezan a denunciarse actitudes ilícitas desde dentro de las propias filas, o el futuro de los partidos es tan negro como el de la economía del país. No es hora de callar y mirar hacia otro lado ante estos problemas, ni de acusar al de enfrente y callar sobre los tuyos. Hay que limpiar, partir de cero.

Estos mismos gestores públicos, en muchos casos, se han dedicado a inaugurar una tras otra obras faraónicas y a invertir el dinero público sin ningún tipo de criterio de sostenibilidad, y ahora tenemos aeropuertos sin aviones, polígonos fantasmas promovidos por empresas públicas, teatros y auditorios municipales y autonómicos sin programación, prisiones sin inaugurar, Hospitales con plantas enteras cerradas, etc. ¿Y en quien recae la responsabilidad? En los de siempre. Subimos los impuestos al pueblo, le implantamos copagos sanitarios o educativos para pagar deuda y intereses de la misma, deuda generada por la mala gestión de los que han visto como ellos mismos, amigos y familiares suyos se enriquecían, y ni siquiera tienen en muchos casos la vergüenza y la decencia de dar un paso al lado, y apartarse de la gestión pública, si no que pretenden seguir llevando al abismo al país y a sus mismas organizaciones.

Por favor, plántese ante tal atropello a la democracia. ¿Cómo podemos no plantarnos ante el robo de dinero público? Este mal es tan endémico y supone tanta lacra en España, como otros a los que se ha creado una Ley específica como la Violencia de Género o el Terrorismo. El Ministro de Justicia, en vez de preocuparse de los ovarios de las mujeres en cinta, debería proponer una nueva Ley contra la estafa y mala gestión pública, que fuera lo suficientemente dura y exigente con nuestros mandatarios, como para que ninguno se planteara infringirla, y recibiera un duro castigo si lo hiciera, y la ciudadanía pudiera recuperar la confianza en la democracia y el sistema de partidos políticos.

Aún así, los ciudadanos somos culpables de no plantarnos ante la situación actual, y dar un golpe de estado social o revolución social, que limpie las instituciones, acerque la política a los ciudadanos y preserve los intereses del colectivo por delante de los intereses de los partidos por seguir empoderados. Esa revolución parte de cada uno de nosotros, y de esa, somos los únicos responsables.

Esteban García

1 comentario:

  1. Ya he dicho muchas veces que esto supone predicar en el desierto.

    Sólo los perroflautas que no tienen intención de trabajar, que no cotizan ni pagan alquieres, luz ni agua, se lanzan a tocar las narices. Y digo tocar las narices porque esto a ellos no les afecta ni mucho ni poco. No son más que chinches metiendo cizaña.

    Los ciudadanos que conservan su empleo no van a ponerlo en peligro y los que ya lo han perdido, bastante trabajo tienen con sobrevivir, conque no tienen tiempo ni ganas de luchar contra molinos de viento, sabiendo que es inútil quejarse.

    Se ha de ser consciente de la realidad por negra que resulte y no perder el tiempo en soflamas inútiles.

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