jueves, 25 de octubre de 2012

CONTINUAN LAS TRAGEDIAS DE LOS DESHAUCIOS

Hoy la prensa, coincidiendo con el rechazo lleno de desprecio, por el Consejo del Poder Judicial de un informe sobre la situación de la justicia ante la injusticia de los ya miles de deshaucios. aparecen multiples ejemplos de deshaucios indignantes para cualquier persona con un minimo de sensibilidad humana. El mas trágico sin duda el suicidio de una persona en Granada. Asesinado por los bancos, los políticos y una justicia sorda y muda ante el dolor del pueblo.
Montoro, ese ministro psicopata, que rie mientras presenta sus presupuestos mas "sociales", que van a condenar a la miseria y la muerte a cientos de nuestros compatriotas. Es la clara imagen de una casta política insensible a los padecimientos del pueblo que dicen representar. Y seguramente es así, tal como un general manda a la batalla a miles de jovenes para que mueran en el campo de batalla desde el salón de su casa.
Representantes como esos no los necesitamos para nada. Sino personas comunes, como tu y como yo. Que esten en este mundo, no el artificial mundo de la política en el que ni el aire de la calle respiran.

2 comentarios:

  1. No consigo ver ningún sentido a los desahucios.
    Hacen mucho daño a las familias y los bancos y políticos consiguen dar una imagen repugnante.

    ¿Qué hacen con tanto piso? Dejarlo vacío y que se estropee o venderlo a un precio muy malo (cuantos más pisos tengan para vender, más bajos serán los precios).

    Creo que nadie se beneficia de esos desahucios.
    Se comentó que se iba a llegar a acuerdos y fórmulas para quien no pudiera hacer frente a la hipoteca.

    Destrozando a las familias y permitiendo que se les destroce, se están destrozando ellos y al final, a todo el mundo.

    No es ya falta de humanidad, es falta de seso.

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  2. Creo que hay que mirarlo objetivamente. Mucha gente no se endeudó más allá de sus posibilidades. Prefirió vivir en una vivienda alquilada o una habitación de alquiler antes que pedir créditos difíciles de pagar para vivir en casas más grandes.

    La gente ha de ser responsable de sus deudas. El número de hipotecas en España es del orden de tres millones de personas. Pero los habitantes son muchos más millones. No todo el mundo se hipotecó para gozar de vivienda propia o para cambiarse a gran casa nueva. Muchos prefirieron seguir en sus pocilgas.

    Muchos de los que ahora van de víctimas de la hipoteca, celebraban con grandes cenas su concesión antaño. Algunos hasta compraban coche nuevo y se iban una semana a Cancún de fiesta.




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