domingo, 7 de octubre de 2012

EL REPARTO DEL TRABAJO

A estas alturas de la cibernética y la robótica a nadie se le escapa que la lacra del paro solo cesará cuando se reparta el trabajo.
Desgraciadamente el reparto del trabajo choca contra la lógica del comportamiento codicioso del ser humano. Tanto empresarios, pero sobre todo trabajadores, muchos de ellos verdaderas máquinas acaparadoras de trabajo. Verdaderos trabajalcoholicos, que ponen excusa inversomiles como que lo necesitan perentoriamente, pero luego los ves que se han comprado un todoterreno. O que lo hacen por su familia, por eso se pasa el día en el trabajo y no los ven nunca por casa.
La resistencia de los empresarios tiene mas que ver con los impuestos que pagan por trabajador. Pero si estos impuestos fueran por hora trabajada, independientemente del individuo. Lo mismo les daría tener 100 que 150 empleados.
Reducir la jornadas laborales de acuerdo a la población que quiere trabajar en vez de a las necesidades de la producción , eliminaría no solo el paro, sino que aumentaría el consumo y la actividad económica.
Actualmente la gente se lo piensa dos veces antes de comprar algo o realizar cualquier proyecto, pues nadie tiene asegurado el trabajo.
Sin duda hay que cambiar muchas leyes para repatir el trabajo, pero estamos en una situación de emergencia de la que no saldremos si no se toman medidas drasticas. Igualmente si por necesidades equis se necesitará trabajar mas se podría aumentar la jornada laboral, tal como se hace en tiempos de guerra. Pero sería fácil controlar que esta no aumentara hasta limites insoportables, sencillamente regulando un flujo de emigración controlada.

3 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo. Hoy hacen las máquinas el trabajo que antes necesitaban mano de obra...No entiendo que haya que trabajar lo mismo. ¿Para qué queremos las máquinas, las nuevas tecnologías?
    Hay mucha gente que está en contra de esta teoría.
    Desde luego, tal y como estamos, algo habría que cambiar: tanto paro, tanta gente que dice que tiene que trabajar para mantener a los que no trabajan...¡Qué se reparta el trabajo!

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  2. El uso de la robótica para trabajar se ha demostrado altamente ineficaz.
    Antaño ibas a tu Caja de Ahorros, te atendía un empleado escribiendo en papel, y tardaba menos que ahora en que tienes tiempo de leerte un capítulo del libro que lleves para amenizar la espera exasperante mientras el empleado mira pasar moscas hasta que el ordenador se carga con la petición solicitada.
    Y ojo, que yo he tenido que volver cuatro o cinco días a determinada oficina porque el sistema informático estaba inoperativo.

    Hay una película, 'Juegos de guerra' (War games) donde se muestra el peligro de las máquinas, los ordenadores dedicados al trabajo.
    Está inspirada en una novela del mismo título y en verdad, no tiene nada que ver con ella, pero bueno, para mostrar el peligro de las máquinas ya sirve.

    ¿Aumentar la jornada laboral? Esto no cuadra con repartir el trabajo.
    No sé si te refieres a aumentar el horario de trabajo con distintos trabajadores, pero me da que no.

    No te entiendo.

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  3. No nos engañemos. Los que tienen trabajo no quieren compartirlo. Salvo que les siguieran pagando lo mismo. En la cultura alemana, por ejemplo, si se acepta trabajar menos y cobrar menos. Pero en España, entre sindicatos y codicia del "fijo", no.

    Alemania, cuando pasó su crisis, después de absorber la arruinada parte comunista del país, lo solventó en gran parte reduciendo horas de trabajo y sueldos antes que despedir gente.

    En España los ajustes siempre han sido despidiendo gente. Los que tienen el trabajo más seguro, no ceden ni un ápice.

    En España, por otro lado, los que trabajan, trabajan un 20% de horas más al año que los alemanes. Más bien, están presentes en el lugar de trabajo. Otra cosa es que trabajen. España es lider en el "presentismo". La apariencia en España es muy importante. Estar ahí, aunque no hagas nada o estés contactando con feisbú.

    Por otra parte, la producción de riqueza en España ha dependido de dos negocios peculiares: el turismo y la construcción de pocilgas, chaletes y acosados. Con toda la industria auxiliar que lleva asociada.

    Son negocios de poco valor añadido, cuyo producto no se puede exportar. El consumidor ha de venir aquí a turistear o a comprar su pocilga.

    Ese tipo de negocios se presta a la economía sumergida. No puede ser que España tenga cinco millones de parados, el 25%. Ningún país lo tiene. Pero es que España tiene un 25% de economía sumergida. Es la única sana.

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