martes, 1 de enero de 2013

METRO DEPORTE DE RIESGO

Tomar el metro los domingos por la mañana se esta volviendo bastante peligroso, cuando no me encuentro a los carteristas que quieren robar a los borrachos, son los borrachos los que la arman.
Como ahora mismo que me he cruzado con cuatro cafres que han entrado dando gritos y golpeando los asientos. Prudentemente me he cambiado de sitio.
Pero una chica menos prudente o mas valiente, les ha afeado la conducta, con lo que el borracho se lanzado hacia ella haciendose el gallito. Lo malo para él, es que la chica estaba sentada sola, pero iba con con cuatro amigos. Y naturamente se ha liado. Menos mal que los amigos del borracho fanfarron no han optado por liarse a manporros con los otros y han evitado la pelea, que si no allí se lia la de San Quintin.
Yo me he mantenido a la espectativa, no se que hubiera hecho en caso de que se liara, en estas peleas tumulturarias todos reciben. Hubiera intentado separarlos, aunque no se como. Todos eran mas jovenes y fuertes que yo, y aunque estuvieran borrachos, estaban en ese punto en el que el borracho se vuelve furioso e insensible al dolor.
No se si comprarme un spray de defensa personal dada mi nulidad para la lucha. Es lamentable que se así dada mi profesión, pero precisamente por ello no estoy en forma. Es imposible para un vigilante seguir un entrenamiento en cualquier tecnica de defensa personal o ir a un gimnasio. Los disparatados horarios que tenemos hacen inviable establecer una rutina de entrenamiento. Sin rutina no hay motivación. Y desde luego las empresas no van a disponer horas de entrenamiento como hacen en al policía.
Todo va así en España.

3 comentarios:

  1. Has asistido a una prueba en vivo de como el humano tiende a la violencia gratuita.

    Por otro lado, los vigilantes deberían ir dotados de pistolas eléctricas.

    ResponderEliminar
  2. Aunque estuvieras muy entrenado, no veo que pueda solucionar una situación así una persona “de paisano”. Alguien con uniforme para el caso supongo que puede ser más disuasorio, según como esté el personal.
    Una vez pasé por una situación inolvidable en el metro. Un hombre de un tamaño considerable se levantó como una fiera y empezó a gritarme furioso (en ruso). Afortunadamente no pasó de los gritos y se fue tranquilizando mientras yo me iba alejando despacio y haciendo como que no lo veía ni iba conmigo el tema. La gente que había allí tampoco se inmutó.
    Enfrentarse a aquel energúmeno no podía haber tenido ninguna buena consecuencia. Razonar con alguien que está fuera de sí es imposible y si encima habla en ruso (no tengo ni idea de qué es lo que me decía).

    ResponderEliminar
  3. No es de ahora, hace años que sucede. Cuando tenía el turno de noche y me tocaba guardia un sábado (uno al mes), era fastidioso y asqueroso volver en Metro el domingo por la mañana.
    Vómitos, latas, y ellos tirados por los rincones, bloqueando puertas con sus cuerpos, y claro, no faltaban los agresivos que se metían con alguien porque sí, sin motivo.

    Yo sí volvía a casa con el uniforme. Durante la semana no, pero cuando tenía guardia sí. Lo prefería para evitar dar pie a moscones borrachos, no pensarán que volvía de parranda como ellos.

    Efectivamente, sin entrenamiento constante no hay nada que hacer. De todas maneras hay unas llaves eficaces. Saber dónde golpear exactamente, en el sitio preciso, no requiere mucha fuerza. Todo es cuestión de recordarlo y de entrenarse en casa repitiendo esos movimientos como en una coreografía. Ya te los enseñaré.

    En cuanto al spray de defensa personal, creo que no está permitido. Es que a los pobres agresores les pican mucho los ojos y el juez de turno empura a la malvada víctima por tener la osadía de no dejarse pegar, violar y/o matar.

    ResponderEliminar

Gracias por vuestros comentarios, en breve serán públicados.