Leyendo cosas así, sobre el Círculo de Frankfurt (ver mi entrada en el blog Jota Uve) encuentro algo que me llama la atención. Ya en su día estos dijeron que en contra de lo que pensaba Marks, el proletariado no tiene ningún potencial revolucionario, sino todo lo contrario es una fuerza reaccionaria al servicio de sus amos.
Y efectivamente, no se sabe de ninguna revolución encabezada por la clase trabajadora. Generalmente esta ha sido desencadenada por grupos burgueses conjurados en algún tipo de ideología o religión. Masones en América y Francia. Bolcheviques y afines en Rusia, China, Cuba. Islamistas en Irán, independentistas en India y en todas las demás colonias occidentales. Estas élites movilizan a las masas, que no son generalmente las trabajadoras, sino soldados, aventureros, parados y sobre todo jóvenes.
La juventud es la principal fuerza revolucionaria, como vimos en el mayo del 68 y estamos viendo en Túnez. ¿Pero que pasa? Que todas la revoluciones fracasan, sino porque el mismo potencial que las aupa está condenado al fracaso por no disponer de los resortes del funcionamiento del estado, que vuelve a recaer en una cupula oligarquica.
La juventud es un peligro por si mismos, al estar deshubicados buscan su sitio donde no lo hay, solo arrebatandoselo a los instalados pueden ellos realizarse. Esto en occidente los sabemos y para romper el círculo vicioso la gente ha dejado de tener hijos condenados a la lucha y el martirio.
Sin embargo el mundo islámico desconoce está gran verdad, persiste en reproducir la maldición del hombre, que no es mas que si mismo. Juventud, una ideología (falsa o verdadera) y grupos organizados, que no son Al Qaeda, sino radicales de otro tipo mas inteligente.
Un caso paradojico de está dinámica es España, donde se dan todas las condiciones para un estallido revolucionario, una gran cantidad de jovenes parados y no tan jovenes. Pero esta revolución no se está produciendo por falta de liderazgo, al estar la juventud o bien dentro de los esquemas bipartidistas, o en movimientos antisistemas sin ninguna incidencia real. Caso aparte merecen los grupos de jovenes independentistas en el País Vasco y Cataluña, dos de las regiones mas desarrolladas de España y que por ende debería de liderar estas revueltas juveniles. Pero el independentismo los tiene incapacitados, por ser un movimiento repulsivo para la gran masa juvenil, mas dada a la solidaridad y la cooperación que al egoismo y separatismo.
Todo ello sin contar que las capas juveniles menos ilustradas están practicamente drogadas, por el alcohol, los porros, el sexo fácil o las nuevas tecnologías alienantes.
Muy buen artículo, enhorabuena a quien lo haya escrito.
ResponderEliminarEfectivamente, a las masas las movilizan tanto los caciques como los rebeldes de cualquier signo. El que un "don nadie" opte por seguir a unos o a otros depende de diversos factores, dinero, creencias, fanatismo, supervivencia...
¡Que tengan un buen domingo, incansables redactores!