Uno de los últimos representantes de la teología de la liberación, salvajemente reprimidos por el siniestro Wojtyla y su segundo Ratzinger, que accedio al cargo tras el asesinato de Juan Pablo I. Asesinato que si bien no participo, claramente encubrio. Junto a otras felonías como aprevecharse de la decadencia de la URSS para desestabilizar Polonia, con el riesgo de desatar al III Guerra Mundial. Por todo ello y por colaborar con la CIA pronto será declarado santo.
Piden los salvadoreños la misma distinción para su obispo martir. Va a ser que no, mientras la mafia vaticana actual domine a la iglesia católica.
San Romero de America, profeta salvadoreño
"Y si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño." (Monseñor Romero)
Hoy hace 31 años del magnicidio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, un obispo defensor de la causa de los pobres y olvidados. La voz de los sin voz le decían, y aunque los ultraderechistas y militares que le asesinaron buscaron silenciarle, su palabra sigue vigente e ilumina el camino de los salvadoreños.
Por si no fuera bastante con ser católico, ideología colectivizadora, el "pueblo de Dios", encima comunista.
ResponderEliminarQue conste que considero inadmisible el asesinato de nadie.