Barcelona proyecta prohibir la circulación a los coches de mas de 10 años. Una medida que pudiéramos aplaudir, pues somos anticoches furibundos, pero que me parece descerebrada y falta de lógica política.
Es como si estos señores políticos vivieran a espaldas de la realidad social en la que viven, que están en contra del ciudadano y del ciudadano pobre en general. Pues es una medida que sobre todo afectará a las rentas mas bajas y a las empresas mas empobrecidas. Aquellos que no pueden cambiarse de coche cada cinco años, o que no tienen coche oficial.
Ciertamente el problema de la contaminación es capital y muy preocupante, pero detrás de esta medida se observa una preocupante maniobra política del lobby de constructores de automóviles, porque no se entiende que si bien a corto plazo aumentarán las ventas de coches para todos aquellos que no pueden prescindir de él. También aumentarán el cierre de negocios que esa compra supondría una ruina. Amen de la gente que depende de su coche para ir al trabajo, pero que no le da suficiente para uno nuevo. Y eso sin contar los coches de segunda mano que quedarían fuera del mercado. En definitiva una gran inseguridad jurídica, pues quien no nos dice que dentro de 5 o 10 años, no sean todos los coches de gasolina los que deban de pasar a la ilegalidad para promocionar el coche eléctrico.
Políticos, no nos salvéis. Y menos con nuestro bolsillo.
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