OPINION publicada por La Vanguardia el 04/05/2012
Autovía mediterránea
¿Por qué no se ha construido una autovía de norte a sur, de La Jonquera a Tarragona y Castellón?
Nada es gratis es un excelente blog sobre economía pero también es una verdad como un templo. Efectivamente, todo producto o servicio tiene un precio aunque no lo parezca. Por ejemplo, decir que la sanidad pública es gratis es sólo una media verdad: en realidad la pagan todos los ciudadanos, la utilicen o no, mediante impuestos. Nada es gratis.
Siguiendo la misma lógica, cuando decimos que las carreteras y autovías son gratis y las autopistas de pago tampoco se está diciendo toda la verdad. Lo que sucede es que las carreteras y autovías han sido sufragadas con nuestros impuestos y son de libre uso; en cambio, las autopistas son de empresas concesionarias privadas que obtienen sus ingresos de los usuarios, no de los impuestos que pagan todos los ciudadanos. En Catalunya, algunos conductores han empezado a protestar y no pagan en las autopistas. La cosa puede ir a más.
A mí siempre me ha intrigado una cuestión en este asunto que formularé con dos preguntas. Primera, ¿por qué no se ha construido una autovía de norte a sur, desde La Jonquera hasta el límite de las provincias de Tarragona y Castellón? Una autovía paralela a la costa y, por tanto, paralela también a la autopista (de peaje) que absorbe, con mucha diferencia, el mayor tráfico de España. La carretera nacional que cubre esta distancia es, en la mayor parte de su recorrido, como las de antes: impracticable como vía rápida, con cruces, semáforos y rotondas, inservible para el tráfico que debe absorber. Resultado: hemos interiorizado que la vía "normal" para estos desplazamientos es la autopista, la de peaje, cuya concesionaria obtiene abultados ingresos: 426 millones en 2006 (antes de la crisis) y 354 millones en 210 (ya en plena crisis).
Segunda pregunta: ¿por qué en más de treinta años de autonomía nunca desde la Generalitat se ha exigido al Estado que construya tan necesaria autovía? Se han reclamado, los "papeles de Salamanca", la desaparición de los gobernadores civiles, el catalán en la UE, que el valenciano se denomine catalán; ahora se pide un corredor mediterráneo por ferrocarril (pero no por carretera), un concierto económico, deudas que no lo son y hasta la independencia de Catalunya. Pero no algo obvio, razonable y necesario: una autovía mediterránea en paralelo a la autopista de peaje. Curioso, ¿no?
Si se tratara de una novela negra y criminal, como el nombre de la pequeña gran librería de la Barceloneta, nos formularíamos una elemental pregunta: ¿quid prodest, a quién beneficia? Probablemente en la respuesta encontraríamos el motivo. El Estado y la Generalitat tienen poder político, los grupos de presión influencia. Como nos enseñaba mi maestro el profesor Jiménez de Parga, mal funciona la democracia cuando el poder político, en lugar de defender el interés general, se somete a la influencia de los grupos de presión.
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