Ha causado gran escandalo el anuncio del gobierno sobre el rescate de BANKIA por 7.000 millones de euros, precisamente en el momento en que se recorta en Sanidad y Enseñanza.
Pero a nadie se le escapa que no es lo mismo. El dinero para BANKIA es un prestamo a la entidad, a efectos contables no se pierde, sino que pasa a ser una partida a cobrar, en el saldo final da cero. En el caso de la Enseñanza y Sanidad es puro gasto.
Pero esto podría no ser así, con una pequeña maniobra de ingeniería financiera y política.
Nunca mas, nada gratis total. Sino que los gastos que genera un individuo a lo largo de su vida en Sanidad y Educación se contabilicen como prestamos del estado. Prestamos virtuales que ira saldado en el momento en que empiece a pagar impuestos. Los primeros impuestos que pague serán destinados a sufragar los gastos que ha generado en Educación y Sanidad, mas los que vaya generando. Con cada declaración que haga se reflejará lo que debe y lo que paga.
Puede que a lo largo de la vida, no consiga nunca saldar esa cuenta. Sobre todo si es pobre, o ha contraido una grave y costosa enfermedad. Entonces es cuando el Estado reflejará ese deficit como perdida. Eso si despues de reclamar la parte de la herencia que tuviere el finado si es que deja algo, como un acreedor mas. Con las salvedades pertinentes.
Esto tiene varias ventajas. Primero el deficit mucho mas bajo, y después la concienciación del individuo en relación con el Estado. Mucha gente, irá a colegios privados para no generarse deudas, aunque sean virtuales, igual que a las mutuas médicas. Pero también muchos otros podrán, por ejemplo estudiar un carrera universitaria sin las cortapisas económicas de hoy en día, a cuenta de sus futuros rendimientos como trabajador cualificado.
Esto es una formula que puede poner de acuerdo tanto a socialdemocratas como a liberales.
Desde luego, es una propuesta imaginativa. Lo de la concienciación del individuo en su relación con el Estado sería una de las grandes ventajas, como apuntas.
ResponderEliminarPorque tendemos a ver al Estado como una especie de padre benefactor (o castigador) pero la realidad es que el Estado son los demás.
El pícaro que consigue subvenciones indebidas, el que elude pagar impuestos, el que finge enfermedades laborales, el político que trinca, etc, piensan que al fin y al cabo están estafando al Estado.
La realidad es que los pícaros y chorizos estafan a los demás. Y además, muchos se confían creyendo que el Estado cubrirá sus necesidades si le vienen mal dadas.
En general, el sentido del Estado paternalista nos ha perjudicado a todos, a unos en mayor medida y a otros en menos, por cuanto nos quita impulso emprendedor e innovador aparte de disminuir el ánimo de arriesgarse.