Un
amigo de Cádiz, que recientemente ha estado en Barcelona, se sintió sorprendido
por la cantinela de siempre del nacionalismo catalán, aquello que dicen,
“España nos roba” y que el pueblo
español tiene una "Deuda
histórica con Cataluña".
Me envió por correo electrónico, este
comentario: Como veo que los nacionalistas catalanes tienen poca memoria histórica,
te mando esto para que lo pegues por ahí, a ver si aprenden un poco, y dejan de mentir al pueblo.
Los
decretos de Nueva Planta, tan denostados por los nacionalistas, tuvieron como
efecto la modernización de la administración y fiscalidad catalana (que pasados
los primeros momentos siguió siendo infinitamente más baja que en el resto de
España, a mediados del siglo XVIII la presión fiscal en Cataluña tenia un índice
"moderno", 36%; en Toledo y territorios del sur, para la misma fecha, tenían el 87%, es decir, apenas
hay excedentes).
Ello
facilitó el desarrollo de las fuerzas productivas de Cataluña que vivió una
verdadera edad de oro en el siglo XVIII la economía, la industria y la población catalana
se duplicó, más que otras regiones en
Europa Occidental, solo encuentra
parangón con el caso inglés, (con un crecimiento muy poco menor que el catalán) con un mercado
abierto a todo el país y a América, y
una verdadera colonización de algunos sectores: la pesca en Galicia, las
"botigas" permanentes abiertas en todos los pueblos del país por los
comerciantes catalanes, la presencia en todo el Mediterráneo de las
"barcas" catalanas (Málaga, Almería y Cartagena, entran de lleno en el área comercial de
Barcelona),..., facilitando la formación de capital y la aparición de una
burguesía moderna, capitalista en el pleno sentido de la palabra.
La
burguesía (agraria) en Andalucía va a tener que esperar hasta la
desamortización de Mendizábal en 1836 y, particularmente, la desaparición de
los mayorazgos en 1841, para empezar a desenvolverse y comenzar el modo de
producción y acumulación capitalista, que en Cataluña se había producido al menos un
siglo antes, gracias a los "mal dados" Decretos de Nueva Planta.
Pero
la protección de los textiles catalanes (y del hierro vasco a partir de 1876,
así como del carbón asturiano) impidió al resto un tratado de libre comercio con Inglaterra,
como tenían otros países europeos (Francia incluida) y de ahí que la burguesía
agraria andaluza perdiera alicientes para la exportación de los productos
agrarios de Andalucía que hubieran capitalizado la región.
Resultado:
una práctica agricultura de subsistencia, con llamativos niveles de pobreza. El
bandolerismo fue una de las respuestas de una población atosigada de impuestos
y sin perspectivas.
Otra
fue el contrabando con Gibraltar, con redes que alcanzaban las principales
urbes andaluzas que van a llegar hasta el franquismo (en mi niñez, productos de
"lujo", como la mantequilla, el queso, relojes, etc.., venían de
Gibraltar, salvo el café, que siempre era portugués).
También
se utilizó Gibraltar como refugio y base para las intentonas liberales y
progresistas. De ahí que amplios sectores populares no vieran Gibraltar como
una amenaza o reivindicación, sino como fuente de "ingresos", de una
u otra manera.
Nosotros,
( la mitad sur de España) si que tenemos
motivos para decir, que gracias al apoyo que tuvo Cataluña, y la zona norte de España, incluso
en tiempos de Franco, quedamos relegados a un segundo termino y sumidos en la
pobreza.
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