La Biblioteca de los Post Perdidos ha concedio un nuevo premio, en esta ocasión el galardón se ha concedido a Frid, del blog Cartas y Artículos, por el siguiente post:
Democracia y cristianismo, de hostiles a aliados
Y, de pronto, surge en "nuevo régimen" con ideas maravillosas y de alcance inesperado: "todos los hombres son iguales y tienen la misma dignidad"; y se plantea ¿ese orden en el que vivimos, no nos cataloga y nos diferencia por el hecho del nacimiento? ¿eso es justo? Y ahí está la clave de la crisis violenta. El inmovilismo, como en la sociedad actual de castas, es injusto y su eliminación indujo violencia.
La Revolución Francesa se hizo contra la Iglesia, además de contra el Rey y la Nobleza. La Revolución Americana se hizo sólo contra Inglaterra y para mantener la libertad de las personas. Una causó graves daños a personas inocentes, la otra permitió vivir a los inocentes. Los cristianos perseguidos por la "Nueva religión de la Razón" pudieron huir a vivir su religión en la nueva América. Una revolución acogió y protegió a los damnificados de la otra.
Por eso, ya en sus raíces, la democracia americana no fue anticristiana; sin embargo la democracia europea vio como enemigos a los católicos. Y eso es obvio: los reyes, los nobles, los prelados eran católicos. Pero también era obvio que el pueblo ¡también lo era! y la revolución de unos arrebató sin piedad los bienes y la vida de los primeros y persiguió con violencia la fe de los sencillos. ¿Cómo iba a ver más allá de la sangre derramada, la Iglesia, a ese nuevo orden? Y, además, ese Orden sentó la base de la eliminación de los Estados Pontificios, la revolución contra un Soberano que era Papa, rey de cuerpos y almas.
El tiempo, la asimilación en la vida de esas nuevas realidades, la compulsa historia del Occidente Europeo, ha ido mostrando que la paz social está vinculada a esa clave de la revolución primera: "la igualdad en dignidad y posibilidades de todos los humanos"; sin embargo en América el progreso estaba ligado al trabajo; y en Europa más bien a la demagogia, al subsidio y a los nuevos líderes sociales. En América se fue pragmático, en Europa mesiánicos. Los frutos americanos: la primera potencia mundial; los europeos: revoluciones y las guerras mundiales.
Por eso no es de extrañar que a Juan Pablo II hablase del "bien" de la democracia vinculado a esa dignidad inalienable de la persona humana, a su posibilidad de participar en la organización social y en el gobierno de las naciones, y la mejor disposición de ese sistema para la generación de riqueza y bienestar. Sin embargo mostraba al tiempo la enfermedad que podría derivar de democracia en tiranía: "la supresión de Dios, de la transcendencia y la relativización de la verdad y del bien".
Y ciertamente una democracia en la que la ley puede definirlo todo, en la que la mayoría puede imponerse a la minoría, en la que la vida se relativiza y se protege o desprotege, en la que la familia no está en la base social, esa democracia enferma y se convierte en un sistema de "tiranía de la mayoría".
Hoy el orden de lo nuevo, de lo creativo, está en la democracia iluminada por esos principios tanto cristianos como profundamente humanos. Una Constitución que protege derechos básicos instaura a la persona por encima del Estado en lo referente a su dignidad. Una Constitución que limita al legislador y elabora los procedimientos de control es una institución que pone freno a la tiranía.
Y es por eso que democracia y cristianismo han pasado de hostiles a aliados; lo que pasa es que hoy controlan los sistemas democráticos personas e ideologías que los están derivando a sistemas totalitarios, eso sí a través de la imposición de la mayoría.
frid
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Agradecemos al autor su aportación al mundo cultural de los blogs.
Frid es un filósofo de nuestro tiempo.
ResponderEliminarLo ha expuesto de primera.