...decidme, decidme de quien son eso olivos....
No sabemos de quienes eran pero si a donde van a ir a parar la producción de aceite de los próximos años. A China. Tal es el acuerdo al que ha llegado el viceministro Li con las autoridades españolas.
Ya nos podemos ir olvidando del aceite de oliva. Pasará como con las naranjas, que las buenas, grandes y jugosas se van para Alemania y aquí nos venden las de segunda calidad.
Por suerte en China no hay nada parecido a un clima Mediterráneo, y dificilmente van a poder copiar los olivos, como ya están haciendo con el jamón. Aunque no el de bellota, pero este ya hace tiempo que es inasequible a nuestros bolsillos.
El aceite de oliva no puede mas que triunfar en China, o sea que si tienes un terrenito, planta olivos y a vivir.
También están interesados en el vino, pero este dificilmente se va a acabar. Ya se tubieron que arracar viñas pora paliar la sobreproducción, ahora a plantarlas de nuevo.
Desgraciadamente son productos que requieren poca mano de obra, sobre todo ahora con toda la maquinaria que se utiliza en el campo. Aunque siempre será mejor trabajar en el campo que encerrado en una fábrica. Aunque para gustos colores.
ACEITUNEROS
ResponderEliminarAndaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién,
quién levantó los olivos?
No los levantó la nada,
ni el dinero, ni el señor,
sino la tierra callada,
el trabajo y el sudor.
Unidos al agua pura
y a los planetas unidos,
los tres dieron la hermosura
de los troncos retorcidos.
Levántate, olivo cano,
dijeron al pie del viento.
Y el olivo alzó una mano
poderosa de cimiento.
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
decidme en el alma: ¿quién
amamantó los olivos?
Vuestra sangre, vuestra vida,
no la del explotador
que se enriqueció en la herida
generosa del sudor.
No la del terrateniente
que os sepultó en la pobreza,
que os pisoteó la frente,
que os redujo la cabeza.
Árboles que vuestro afán
consagró al centro del día
eran principio de un pan
que sólo el otro comía.
¡Cuántos siglos de aceituna,
los pies y las manos presos,
sol a sol y luna a luna,
pesan sobre vuestros huesos!
Andaluces de Jaén,
aceituneros altivos,
pregunta mi alma: ¿de quién,
de quién son estos olivos?
Jaén, levántate brava
sobre tus piedras lunares,
no vayas a ser esclava
con todos tus olivares.
Dentro de la claridad
del aceite y sus aromas,
indican tu libertad
la libertad de tus lomas.
MIGUEL HERNÁNDEZ, 1937
Y que sean quienes se dicen admiradores del poeta los que venden nuestro oro líquido dejándonos sin él, como Castro deja a los cubanos sin el ázucar que cultivan...
Maldito sea el socialismo, por los siglos de los siglos, piedra a piedra y luna a luna.
Es que si no vendemos naranjas, aceite, jamón y esas cosas, no sé que vamos a vender. Como no nos vendamos como esclavos.
ResponderEliminarLo que hacía falta es que el chino nos comprara pisos más que aceite, la verdad.
Propongo que le vendamos una Autonomía. O más si es necesario.
Sabias opiniones, señor periodista; hasta el título, con la "l" intrusa, es muy apropiado.
ResponderEliminar¡Abrazos!