jueves, 3 de marzo de 2011

Spartacus, una serie repugnante





Nunca creí que pudiera decir esto de una serie de televisión, al fin y al cabo una obra de ficción, pero la cuestión es ¿si el arte es inocuo?. Ciertamente es una obra espectacular, unas tramas intrigantes respaldados por una factura impecable de actores y técnicos. Todo aderezado por unos efectos especiales fantásticos.
El problema es el mensaje, por mucho que lo intente disimular con falsos sentimentalismos, la serie destila fascismo por todos sus poros. Que una serie ambientada en la antigua Roma, sea fascista no sería nada extraño, incluso se podría alegar realismo histórico. Ya Musolini se inspiro en aquella "gloriosa era" para relanzar su movimiento político. Pero, claro, a todos nos viene en mente, el otro Espartaco, el autentico, aunque históricamente seguro que era el falso, el de Kirk Douglas, Stanley Kubrick y su guionista. No nos olvidemos del guionista, Dalton Trumbo, escritor izquierdista represaliado en la caza de brujas de McCarthy. La historia como puede verse es muy flexible, igual sirve para un roto que para un descosido.
Pero lo lamentable de todo junto, es que vivimos en un nuevo periodo fascista, un neofascismo o postfascismo, peor que el anterior que actuaba con la escusa del estado y el nacionalismo. En la actualidad el estado se ha difuminado en la globalización, queda una administración instrumental e instrumentalizada, dentro de la cual el individuo lucha por su supervivencia en la mayoría de los casos, mientras unos cuantos privilegiados medran sin control, en la máxima corrupción.
Esa es la cuestión que retrata la serie, la crueldad de nuestros tiempos. Ciertamente no se mata a nadie, ni la esclavitud es tan evidentemente grosera. Pero la dosis de sevicia y servicia esta presente en nuestras vidas. La prepotencia de los poderosos, bancas y políticos, los nuevos lanistas, y el aporte continuo e imparable de nuevos esclavos, emigrantes, parados, hipotecados. Hacen que la metáfora de Spartacus resulte especialmente sangrante y su mensaje después de todo conformista con el status quo rechazable.
No sabemos que nos depararán los capítulos siguientes, la rebelión, la derrota y la crucifixión del movimiento de liberación humano. Creo que no los queremos ver.

1 comentario:

  1. ¡Jo, qué trascendental se ha puesto usted!... Y tiene razón en sus opiniones, aunque yo no veo la tele. Este Espartaco debe ser repulsivo como la vida misma. A mi también me gustó mucho el "clásico", el que protagonizaba el señor Kirk Douglas para mayor gloria del cine, respaldado por un excelente guión y dirección. Don Kirk, muy ancianito ya, no pierde su sentido del humor, según he leído acerca de su aparición en la noche de los oscar. Nada que ver con Fraga Iribarne. Claro que, Don Fraga, lo más parecido a Espartaco que hizo fue meterse en las aguas de Palomares con un bañador franquistamente correcto.
    ¡Abrazos!

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