domingo, 24 de abril de 2011

El carnicero de Damasco


Bashar Al Assad está camino de lograr ser considerado uno de los grandes asesinos de este siglo.
Este Assad del que extrañamente todavía no se ha pedido su procesamiento por el Tribunal de La Haya, se siente seguro en su actividad criminal. Le favorece la coyuntura internacional. La cobardia mundial.
Las nuevas democracías árabes, Tunez y Egipto no están todavía asentadas, lo mismo cabe decir de Iraq, aunque haya bajado mucho la violencia terrorista e interetnica. Las otras dictaduras árabes, encantadas con él. Y occidente imposibilitado para intervenir en otro follón musulmán. Sin haber salido ni de Afganistán, ni de Iraq y ahora Libia...etc.
Triste es decirlo pero solo cabe el magnicidio. Por ende bastante improbable, pues los terroristas suicidas no son precisamente amantes de la democracia. Antes apoyarían a Assad que ver otra nación árabe en la senda demócratica. Vease el apoyo de Irán.
En Siria no va a triunfar el moviento revolucionario que sacadió a Tunez y Egipto, el aparato represivo del gobierno es muy potente y despiadado.
Los pobres sirios solo tendrían una oportunidad si alguien cercano al tirano le descerrajara un tiro y acabará con ese criminal.

1 comentario:

  1. Lo de esos países no se puede medir en parámetros de mentalidad occidental. La democracia es muy difícil de implantar. Incluso en un país europeo como España es una democracia muy imperfecta, una corruptocracia. No te digo nada en países de susbstrato islámico. Y Occidente tiene que andarse con pies de plomo porque echando abajo una dictadura puede provocar algo peor, como pasó en Persia. Ahora se han percatado que entre los revolucionarios en Libia hay dirigientes de Al Qaeda.

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