Nunca más tendremos su palabra. Nunca más, veremos su inconfundible semblante. Nunca más podrá acercarnos un nuevo libro, pero tampoco nunca más podremos borrar de nuestra mente y nuestros corazones todo lo que él, ha sembrado a través de toda su vida y su obra.
Escribió "El túnel" y "Sobre héroes y tumbas", "Abaddón el exterminador" y muchos ensayos notorios. Fue titular de la Conadep tras el regreso de la democracia. En 1984 recibió el Premio Cervantes, el más importante de la literatura en castellano.
"Se enojaba fácilmente con las cosas que sentía que eran injustas", contó Meijide, quien destacó la labor del escritor en el prólogo del libro "Nunca Más", donde repudió el accionar terrorista del Estado y compiló la situación de miles de personas desaparecidas durante la dictadura.
Mario, su hijo, hoy comparte esta carta con todos los que nos sentimos en algún momento o en muchos, muy cerca de su pensamiento, de sus ideales y de su corazón.
Queridos amigos
Hace pocas horas murió mi padre.
Sé que todos ustedes comparten la tristeza que sentimos en la familia.
Porque mi padre no nos pertenecía solo a nosotros.
Con orgullo, con alegría, sabemos que lo compartimos con mucha gente, que lo quiso y lo necesitó tanto como nosotros.
Desde las cinco de la tarde, lo vamos a despedir como él lo deseó. En el club de su barrio, Defensores de Santos Lugares.
"Cuando me muera, quiero que me velen acá, para que la gente del barrio pueda acompañarme en este viaje final... Y quiero que me recuerden como un vecino, a veces cascarrabias, pero en el fondo un buen tipo... Es a todo lo que aspiro".
Mario Sabato
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