martes, 23 de agosto de 2011

13 asesinos. Crítica cinematográfica


Gran película. Su máximo atractivo es que cualquier parecido con una película hollywoodiense es pura casualidad. El exotismo es su mejor baza. Por ejemplo, aquí los guapos son los malos, cosa mucho mas real que a la inversa. Y es que los griegos han hecho mucho mal en occidente. Y todos esos japoneses del siglo XIX vestidos de esa forma tan rara y esas costumbres tan chocantes. Una de samurais con todas las de la ley, el wester japones.
La hisotoria es un cuento moral y de decadencia del código samurai. Muy practico en épocas de guerra pero un absurdo en la paz.
Argumento: El hermanastro del Shogun se ha vuelto loco, se ha convertido en un psicópota asesino. La justicia no puede hacer nada, dada su categoría de persona sagrada. Así que el ministro de justicia o similar japones, busca una solución. Encargar su asesinato, como un mister X cualquiera.
La persona que ha de llevar a cabo la misión suicida, es un vasallo suyo, que a su vez va reclutando a los otros 12 que le ayudarán en la misión. Un amigo, algunos discipulos, su sobrino que es un samurai decadente dado al vicio, con una novia geisha, aparece en la película parece ser que después del trabajo, lleva los polvos de arroz de la cara y el carmín descoloridos, en una escena digna de Johnny Guitar. Se les añade un ronin (samurai sin amo) y un bandido.
Ellos solos se han de enfrentar en una batalla interminable contra el hermanastro del Shogun y su comandante, un samurai extricto, antiguo compañero del jefe de los asesinos. 13 contra 200, ni Tarantino supera eso.
La película tiene su transfondo político, que es lo que debe de haber hecho pupa en Japón. La obediencia, los codigos de honor, el ser buenos y disciplinados como solo son los japoneses, llevan al desastre. A la masacre total. En la película, en la II Guerra Mundial y en Fukishima. Hay que rebelarse contra leyes y gobernantes injustos. Una gran lección para estos tiempos de paz y de gilipollez...tendríamos que ir afilando las katanas.

3 comentarios:

  1. Puede que tenga un mensaje muy profundo, pero no quiero ni pensar la de espadazos sangrientos que habrá, porque supongo que esos 200 palmarán poco a poco.

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  2. Puede que tenga un mensaje muy profundo, pero no quiero ni pensar la de espadazos sangrientos que habrá, porque supongo que esos 200 palmarán poco a poco.

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  3. Me gusta el cartel publicitario. Lo que dice el señor Bucan, para captar el mensaje hay que tragarse primero un mogollón de violencia.
    Saludos!

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