El otro día en el curro vimos un inusual movimiento de sirenas y coches de policía, todos acabarón a escasos doscientos mentros de donde yo estaba. Lejos de pensar que lo que los atrajo a las inmediaciones del cuartel de Bruch, iba salir en todos los periódicos y telediarios.
El autobus nocturno L12, había atropeyado a uno de esos jóvenes que confunden la fiesta con el incivismo, la grosería y el gaberrismo. Lamentando mucho su muerte, fruto de la insensatez de la juventud maleducada durante años y años por unos poderes públicos que no les ofrecen mas que alcohol y paro. Mas lo lamento por la conductora, una señora que conocía, mas por referencias de los compañeros que propias, pues solo he coincidido con ella una vez.
Una sola vez, en la que pude constatar la tónica general de su trabajo día a día. Gente que no quiere pagar el billete, borrachos y vomitadores. Todos los fines de semana el NITbus es un infierno para sus conductores. La señora los tiene bien puestos y no tolera que nadie se pase. Para el autobus y el sinverguenza se baja o viene la policía. Parece que esa noche tampoco se amilano a pesar de que eran mas de 15 gamberros, desgraciadamente la cosa ha acabado mal, y aunque es seguro que fue un accidente, el disgusto y el sentimiento de culpa le va a quedar para siempre.
Habría que poner mamparas en los autobuses, lo mismo que en los taxis, para aislar al conductor/a de la chusma borracha frenética.
ResponderEliminarBuenos días, España! (lluviosos en Manchester en lo que va de mañana)
Pues cuando te atropeyan y además en el L12 la cosa es que está realmente jodida.
ResponderEliminarPor cierto, viendo la tónica del blog creo que en el seguimiento de "Lo mejor de Twitter según PeriódicoPrat" deberíais incluir a @andritxol.
No sé en dónde estará el fallo, señor director, pero en el blog JotaUve siguen sin aparecer mis comentarios.
ResponderEliminarBuen día!
La conductora está de baja porque recibió una fuerte patada en el pecho, propinada por un amigo de la víctima.
ResponderEliminarEstos autobuses tienen cámaras de seguridad y se están analizando las grabaciones del suceso.
Es un hecho triste y lamentable porque no afecta sólo a la víctima mortal.
Estos jóvenes carecen de valores y de respeto, con un concepto de la diversión muy criticable.
Y un apunte, uno solo no se habría comportado así, van en manada, como animales.
También falta uno mío, Obdulio.
ResponderEliminarAquel blog es el personal de JV, sólo él tiene acceso y supongo que no se habrá fijado en que hay nuevos comentarios por moderar.
Que el viernes lo goce usted sin mojarse ;D
Yo, he sido conductor de autocares más de 20 años, (es diferente del BUS de ciudad), y os puedo asegurar que he sentido vergüenza, de los chavales que he llevado en muchos viaje de fin de curso a varias ciudades europeas, recuerdo una vez en París, en viaje de 8 días, en el segundo y tercer día, tuve que recogerlos dos veces de las gendarmerias, con la advertencia de que una vez mas y serian detenidos y deportados, una muerte siempre es lamentable. Mi más sentido pésame para la familia, en mi opinión la culpa la tienen las autoridades, la ley lo dice bien claro, insultar o agredir a un conductor en su puesto de trabajo es delito, (no falta) pero aquí las leyes se las pasan por el forro de los hue... aplicándolas solo cuando afectan a un político o a sus amiguetes. MI APOYO TOTAL PARA LA CONDUCTORA.
ResponderEliminarLo sé, ADOGI, fui majorette de Barcelona y en más de una ocasión, el conductor que nos llevaba amenazó con parar y no seguir si aquellas zorras no dejaban de cantar: "Els madrilenys son uns malparits..." (Los madrileños son unos hijos de puta)
ResponderEliminarYo alucinaba, por supuesto, pero esas, bien que no callaban, de pie en el autocar y chillando como monas a través de las ventanillas.
Si el conductor se mostraba inflexible, callaban, pero la vergúenza estaba en que no íbamos solas, evidentemente, y el responsable de la empresa era quien tenía que poner orden.
Lamentablemente, Juanito, el hijo del matrimonio Carreras, era de estos tontiprogres de ahora y daba carta blanca a las furcias.