miércoles, 7 de septiembre de 2011

¿Qué parte de la democracia no entienden o no quieren entender?



Cuando Rodríguez Zapatero ganó las primeras elecciones generales, al amparo de un atentado terrible y una frase mil veces repetida, (los españoles no se merecen un gobierno que mienta) en el calor del triunfo ya comprobado, atendió a un grupo de jóvenes ciudadanos que le pedían eufóricos que no les fallara, y Zapatero respondió, no os fallaré. Pero si ha fallado, para ser más precisos, ha fallado a la inmensa mayoría de ciudadanos españoles, y mentido mucho, incluido a sus propios militantes de partido, y sigue mintiendo hoy en día porque todo lo que hace es una mentira y ofensa al pueblo español.
Y no nos vale que en el primer mandato hiciera cosas positivas, que quizás algunas  hizo, fueron actos de gobierno que enmendaban situaciones injustas que afectaban a derechos elementales, muy bien, por supuesto, pero deshacer entuertos de derechos esenciales, si dices ser socialista, cuyas bases son la masa social obrera ’se le supone’ que tenía que hacerlo.
Sin embargo, desde 2009 parece que ha desaparecido el doctor Jekyll y se ha quedado para los restos mister Hyde.  En poco tiempo, el gobierno y casi todo el Parlamento han olvidado, pisoteado y deteriorado severamente  los derechos sociales y económicos que tan lenta e insuficientemente se lograron con sudor y lágrimas  en este país. (recortes salariales, pensiones, alargar la edad jubilación de los trabajadores, cuando sería mejor acortarla, y sustituir por jóvenes sin trabajo, que son el 50% de  la juventud en edad de trabajar)
La última sorpresa desagradable ha sido proponer que se introduzca en la Constitución un límite del gasto público, es el descabello que remata el estado de derechos sociales aún no levantado del todo,  mal llamado estado de bienestar  por cierto.
Si los problemas de la deuda pública han sugerido al presidente del gobierno tan inaceptable retroceso, no olvide que la deuda importante en el reino de España es privada, empezando por la de bancos, especuladores  y similares, no pública.
Y sería de agradecer que no insultara nuestra inteligencia con la tabarra de los “mercados”, recuperar su confianza y toda esa vaina. Los “mercados” tienen nombre y apellidos, además de abultadísimas cuentas corrientes y patrimonios obscenos. Además de ser los responsables de esta sistemática situación de violación de derechos sociales y económicos de la ciudadanía a la que llaman crisis, cuando en realidad es una estafa y una apropiación indebida.
Si aún estuviera vigente la legislación económica anterior al nefasto consenso de Washington (consagración del neoliberalismo), que supuso la orgía de la desregulación y el descontrol del poder financiero, muchos de esos “mercados” con nombre y apellidos estarían en la cárcel o huidos. ¿O acaso los paraísos fiscales (muy conocidos y utilizados por los “mercados”) son entidades benéficas o neutrales?
Son centros de delincuencia, cuanto menos como encubridores o cómplices necesarios, que perpetran múltiples violaciones de derechos.
Déjenme que recuerde que todos los derechos humanos tienen la misma importancia y e idéntica exigencia de ser respetados, tanto civiles y políticos como económicos y sociales, porque es la irrevocable dignidad de las personas la que exige que todas las personas tengan derecho a vivir libres de pobreza, sin incertidumbre ni miedos, pero vivir con dignidad es imposible si las personas no gozan de todos sus derechos sociales y económicos, disponer de vivienda adecuada, de empleo o ingresos mínimos, de adecuada alimentación, de gratuita, correcta y pronta atención a la salud física y mental y de acceso a la educación son derechos irrenunciables.
Pero ahora resulta que se puede reformar la Constitución en un visto y no visto que hará tambalear el disfrute de esos derechos, cuando todos estos años la Constitución ha sido intocable para mejorarla en aras de una democracia más real.
Una reforma constitucional sin debate social ni parlamentario que merezca tal nombre y sin referendo ciudadano, de hecho solo un acuerdo entre los líderes de los partidos lamentablemente mayoritarios PSOE-PP.  Al servicio de la minoría de siempre, por supuesto, esa minoría responsable de la crisis, la misma minoría que impide con sus privilegios, presiones, argucias y actuaciones, que se afronte la crisis como es debido.
El drama actual para el reino de España es que si lo de ahora es malo, visto lo visto, y por tanto odioso y rechazable, lo que puede venir es quizás peor.
Rubalcaba, PSOE, es la continuidad de un partido que nos ha engañado y roto nuestros logros sociales, favoreciendo a los ricos banqueros y amiguetes, (recuerden que estando en el gobierno rebajaron en navidad el IRPF de los altos ejecutivos, y poco tiempo después nos lo subieron a los demás ciudadanos, junto con el IVA)   
Rajoy, Partido Popular, (que al igual que la mayoría de los dirigentes del PSOE, provienen de los falangistas de Franco), pueden ser la más negra pesadilla para la ciudadanía, si la conciencia y la acción políticas de los ciudadanos españoles no lo impiden en las urnas.
Una reforma de la Constitución, porque a ellos les conviene sin pasar por las urnas, introduciendo la limitación del gasto público, (para contentar a la señora Merkel y los intereses que representa) es una agresión en toda regla contra los derechos soberanos, democráticos, sociales y económicos, de los ciudadanos españoles.
Por eso hay que recordar a los representantes políticos, (representantes, no dueños del pueblo español) que, en una democracia representativa que merezca tal nombre, el poder ha de estar sometido al control de los  ciudadanos, especialmente en situaciones que requieran cambios tan importantes como la reforma de la constitución.
No solo cada cuatro años, y que el voto emitido nunca es ni será una carta blanca  para que los políticos profesionales hagan lo que les venga en gana.
Hoy disponemos de las herramientas tecnológicas y de comunicación para que la participación ciudadana y el control frecuentes de los poderes del estado sean un  hecho, solo se precisa voluntad política.
Y no  vengan con el pretexto de la “gobernabilidad”, tan frecuente en labios de políticos profesionales, en nombre de la “gobernabilidad” se han perpetrado inadmisibles recortes a la democracia y ataques a la libertad de los ciudadanos, porque el argumento de la “gobernabilidad” ha sido históricamente una antesala del autoritarismo y la dictadura.
No se trata de “gobernabilidad” ni de recuperar la confianza de los “mercados” sino de cambiar de rumbo, de enfrentarse a los “mercados” (el estado puede hacerlo, sobre todo si la ciudadanía se compromete) y de hacer que la democracia sea real.
Demos (pueblo) y cratos (gobierno). Democracia, gobierno del pueblo, no de una minoría de profesionales de la política que no han trabajado en su vida en otra cosa  que no sea el simula que representa al pueblo, pero que están al servicio de otra minoría, la del poder de los grandes y su dinero.
¿Qué parte del término democracia no entienden?

El golpista  ahora no es Tejero, son Rajoy  y  Zapatero,  PSOE y PP, por los hechos me demuestran que son la misma MIERDA.

1 comentario:

  1. La democracia está secuestrada, en parte por culpa del pueblo que pasa de todo.
    De eso se aprovechan los politicos profesionales, se aprovechan de los desinformados y los idiotas.

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