martes, 20 de septiembre de 2011

Vuelven los señoritos

¡¡¡SEÑOOORIIIITO!! Gritaba Gracita Morales en aquellas películas del tardo franquismo, era la expresión misma de un clasismo populachero, resto del sistema de clases brutal que exitia antes de la segunda guerra mundial. La atroz contienda, el auge de la cultura americana y el contrapeso de Unión Soviética, suavizaron e incluso parecía que se había eliminado aquel salvaje sistema de clases.
Pero la crisis nos está poniendo a todos en nuestro sitio.
Si con Aznar socialmente apenas se notaba la diferencia entre su gobierno y el González, en parte gracias al auge económico que posibilitaba que un fontanero ganara mas que un ingeniero y que miles de especuladores se subieran a carro de la riqueza, como nuevos ricos mas o menos zafios y horteras. No será lo mismo con Rajoy.
Los recortes en educación y sanidad marcarán una linea de vida y muerte entre las clases. Pero lo que dará la puntilla será la reforma laboral, el despido libre que propugnan en aras de la creación de empleo será una espada de Damocles sobre la clase trabajadora que les impedirá levantar la cabeza, pues la mantendra en una sumisión vergonzosa como nunca antes habíamos visto.
Gente muy rica, con empresas en China o Birmania, políticos, medicos y profesores de las nuevas clínicas y universidades privadas. Solo accesibles a los ricos o los pobres que empeñen sus casas para salvar la vida. Rodeados de una pleyade de pobres de solemnidad que se desvivirán por entrar a su servicio, como criados, chachas o lo que sea.
¿Exagero? Lean ustedes a Salvador Sostres que no tiene reparo en decir lo que los de su clase dicen en privado. Oigan las últimas declaraciones de Esperanza Aguirre amenazando con no financiar las enseñanzas secundarias o universitarias. Acerquense a ambulatorios y hospitales y enterense que han suprimido hoy o suprimirán mañana. Salgan a la calle y respiren el aire reacionario que se ha instalado en la sociedad. Todo lo que dabamos como derechos adquiridos, solo era un costoso andamiaje político urdido por las socialdemocracias europeas, que se está hundiendo ante nuestros propios ojos. Y con la complicidad de los políticos que se consideraban ellos mismos socialdemócratas, pero que han resultado ser los típicos lobos con piel de cordero.

7 comentarios:

  1. La sociedad del bienestar sólo se puede mantener creando riqueza. El PSOE, con ayuda de los nacionalistas, ha arruinado al país para generaciones mientras muchos políticos y empresarios amigotes se han forrado.

    Las Cajas, politizadas, quedaron descapitalizadas y es la mitad del sistema financiero. Es una catástrofe. Sólo quedan deudas.


    Pero ya había habido un aviso en los años de Felipe González, cuando dejó arruinado el país en 1996 entre escándalos de corrupción. Mucha gente no quiso verlo y volvió a darles el poder: y entonces, arrasaron a lo grande.
    Vieron que la gente era gilipollas y que por trincar no pasaba nada. Ya sólo podemos aspirar a no quebrar, porque entonces sería como la colisión con un asteroide.

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  2. Ese es el problema, que ya no hay riqueza que crear. Con la burbuja inmobiliaria se ha quemado el ultimo cartucho.
    ¿Ahora como repartimos lo que tenemos?

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  3. Con la URSS vivíamos mejor....en Occidente.
    Cuando no hay temor de Dios ni del Diablo, quienes tienen la pasta y el garrote se sienten seguros.
    El Fin de la Historia de Fukuyama era eso.

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  4. Y para mayor tragedia de los pobres ose los trabajadores, con el beneplácito de los sindicatos paniaguados por el gobierno del PSOE, (que franco ya le hubiera gustado tener unos defensores del obrero como estos) que solo se han movido cuando un poco cuando han visto peligrar sus intereses,(liberados y otras subvenciones o prebendas ocultas) que no han sido capaces de movilizar a la gente para defender los derechos adquiridos y reconocidos en el estatuto del trabajador, poniendo la mano a sunas vergonzosas, y ahora que puede mandar las derechas nos dicen que esto no se puede consentir, yo les mandaría a tomar por cu... y llego ala conclusión que por habernos traicionad en lo mas sagrado para los obreros (pensiones sueldos y edad de jubilación) que se jodan por corruptos y traidores, votaría al mismísimo diablo si este les hace pagar con el infierno.

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  5. Este "¡Que viene el lobo!" es patético.

    Todas estas desgracias las han causado los socialistas y en Cataluña, el tripartito, que ha dejado deudas hasta el 2020 por valor de 54.000 MILLONES de euros.

    El PP no ha llegado todavía y ya se le están cargando las culpas de los otros.
    Es evidente que no serán capaces de hacer milagros con la horrenda ruina que dejan esos, pero como dice Bucan, Felipe González dejó España bien esquilmada y Aznar la recuperó.

    El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra y lo hemos constatado al darle el poder al PSOE otra vez.
    Y todo por esta manía de las etiquetas, la derecha y la izquierda... ¡A la mierda, hombre!

    Basta de etiquetas de boy scout, sentido común es lo que falta, no pelearse por un partido político como si fuése el club de fútbol de sus amores.

    El PSOE no ha hecho nada por la sociedad de bienestar, todo lo contrario, ha permitido que la sanidad y la educación se fuésen al garete permitiendo su uso gratuito por miles, millones de ilegales.
    Igual que la economía, ¿como es posible que casi todos los comercios de barrio sean de inmigrantes? ¿Por qué a ellos se les permite abrir en festivos y hasta las doce de la noche y a los autoctónos no? ¿Por qué a los de casa se les fríe a impuestos y los de fuera están exentos durante dos, e incluso cinco años?

    Los inmigrantes no crean riqueza, no dan trabajo porque son negocios familiares y los beneficios los envían a sus países.
    Tampoco compran aquí, se traen los productos, tanto chinos como sudamericanos.

    Hay que estar ciego.

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  6. Efectivamente el PSOE no era un partido socialdemocrata. Para eso se necesitaba inteligencia e integridad, ambas ajenas a dichas siglas.

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  7. Periódico, me recuerdas a mi ex cuñada, la mayor. Siempre decía burradas sin pies ni cabeza y cuando yo le ponía los puntos sobre las íes, con pruebas y argumentos, me soltaba tan tranquila: "Pues eso, lo que yo decía".
    Pa matarla.

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