Estamos asistiendo a una serie de revoluciones en los paises árabes. Nos parece que es algo que no va con nosotros, pero pronto veremos que estamos abocados a imitar a nuestros primos agarenos.
Tras el esperado primer consejo de ministros de Rajoy, se constata la absoluta incompetencia de estos individuos para gobernarnos. Pretende salir de la crisis machacando al pueblo. Cuando a nadie se le escapa, es ya un clamor que el problema de España es su deficit público. Por cierto escamoteado por el PSOE, que o bien no sabian lo que debían o no mentían descaradamente.
Un deficit público que solo tiene una causa y un origen. Las autonomías.
Nada han hablado de la esperada agrupación de autonomias, ni siquiera de la fusión de sus televesiones públicas que tanto dinero cuestan. Tampoco de la agrupación de municipios, como hizo Italia. Ni ninguan intención de adelgazar la estructura del Estado, mas allá de eliminar funcionarios y trabajadores del estado.
Y esto es así porque de ningún modo piensan disminuir el número de politicos profesionales, que al fin y al cabo son ellos mismos. Jamás se harán el harakiri, como es obvio.
Es el pueblo el que tiene que echarlos, la revolución se hace imprescindible. Y las revoluciones desgraciadamente no son nunca pacificas, por lo que auguro un 2012 lleno de disturbios callejeros y violencia contra estos aprovechados de la política.
Se puede decir que los sirios lo tienen mejor que nosotros, ellos solo tienen que echar a un dictador, y nosotros a miles de pequeños caciquillos, que encima se creen con derecho de vivir a nuestras expensas, chupandonos la sangre.
Todo acabará con un republica de corte centralista o jacobino. Seguramente durante el camino se perderán Cataluña y Euskadi. En el fondo causa última de nuestra triste situación actual.
Aquí no se revoluciona nadie, la sangre de nuestros bravos antepasados que la vertieron defendiendo lo suyo, se ha diluido en horchata.
ResponderEliminarUn matiz: El hijoputa sirio también tiene un mogollón de caciquillos, sino no se mantendría en su trono real, y la mayoría son caciquillos con uniforme militar, como los del querido líder.
ResponderEliminarDoña Leona, encantado de volver a verla!
Y yo, Don Bonifacio, y yo.
ResponderEliminarMe alegró su vuelta y me apresuré a ponerlo en el directorio.
Thanks!
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