No nos sorprende nada en absoluto porque los robaperas lo hacen como algo habitual, avezados a ello.
Algo tienen que alegar, digo yo, para intentar desviar la atención a sus robos y cargar las culpas a otros, lo habitual entre delincuentes de distinto pelaje.
No olvidemos que la Generalitat ha estado siempre, desde Jordi Pujol, en manos de mangantes trinqueros, con mucha experiencia en falsificar cuentas y datos.
Recordemos sólo a Artur Mas -por ser quien es hoy mismo- y su cuenta en Liechtenstein, abierta por su padre para evadir el capital, con su hijo como beneficiario, tema olvidado por haber prescrito.
¡Ah!, las prescripciones... Resulta muy curioso que a según quien, les prescriba un delito, mientras que a nosotros, pobre pueblo, NUNCA.
A ver, ¿hay constructores de guillotinas?...
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