sábado, 7 de julio de 2012

Más unión, menos división


Está claro que el pacto del euro actual, sin dar un paso adelante hacia la unificación, ha demostrado ser contraproducente y un instrumento incompleto para los países de la zona euro.

Día 04/07/2012 - 09.41h
LOS hechos han demostrado, en el seno de la Unión Europea y tras la crisis financiera, que no se puede ceder la política monetaria a un banco central europeo si no tenemos unión fiscal y política porque sin control sobre los presupuestos nacionales, sin eurobonos, o sin unificación del sistema bancario el euro hace aguas por todas partes.
Hemos llegado a la encrucijada en la que los europeos debemos decidir si queremos una unión política, con un gobierno europeo escogido por los ciudadanos, un parlamento europeo con competencias reales y control sobre el gobierno y un sistema fiscal y financiero unificado o si queremos deshacer el euro y volver a la Europa de hace 60 años, cada uno por su cuenta. Pero está claro que el pacto del euro actual, sin dar un paso adelante hacia la unificación, ha demostrado ser contraproducente y un instrumento incompleto para los países de la zona euro. Y mientras el Eurogrupo debate como construir una agenda hacia la unificación fiscal y financiera, el presidente de nuestra comunidad autónoma, Artur Mas, se dedica a viajar por el mundo explicando la necesidad de copiar para Cataluña un concierto económico de raíz feudal, para que Cataluña no esté en la hacienda común. Estoy convencido que en Estados Unidos no habrán entendido lo de concierto económico foral, porque en ningún país federal serio se puede entender que una parte de la nación deje de ser nación fiscalmente hablando, y tampoco entenderán que la solución a la crisis europea sea más división, creando mini haciendas dentro de cada estado de la UE. Y supongo que el cuento de los derechos históricos tampoco habrá tenido mucho éxito en un país en el que la unión les ha hecho fuertes y en el que todos sus ciudadanos viajan por el mundo bajo una misma bandera.
Sería de agradecer que si los nacionalistas quieren remar en sentido contrario al signo de los tiempos por lo menos lo hagan en casa y no vayan por medio mundo devaluando aún más la credibilidad de nuestro país en su conjunto, que bastante tocada está ya a pesar de los éxitos deportivos.
Albert Rivera es presidente de Ciudadanos.

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