Que duda cabe que Orwell se inspiro en los jovenes guardias rojos de la Revolución Cultural china.
Y que duda cabe que también inspirarón a los nacionalistas catalanes, algunos de ellos maoistas en su juventud, para imponer el sistema eductivo catalán.
Comenzarón con lo que puede considerse una autentica limpieza étnico-cutural de maestros. Los que no consiguieron aprender el catalán, nivel C o D, fueron trasladados, por suerte no a campos de reeducación como hicieron los chinos. No hizo falta, los nacionalistas catalanes tenían la complicidad de los estamentos españoles, demasiado ocupados en colocarse y ganar dinero, que en el la salud cultural y politica de la nación que gobernar.
Las numerosas bajas de gente que tuvo que dejar su vida en Cataluña para volver a empezar en otro lugar de la peninsula, fue ocupadas por afines a la causa. Que ya se dedicarón a la insigne tarea de enseñar la cultura catalana. Obviando naturalmente todo lo español sino es para denigrarlo. Varias generaciones ya de alumnos han salido de singular sistema educativo catalán. A muchos los pudimos ver en la manifestación del 11- S, procedentes de pueblos donde pasan años y no hablan ni una palabra en castellano, mas que con algún turista despistado. Para ellos lo español es como lo marciano.
La obra de la escuela no hubiera sido completa sin la laminación de toda cultura que sonase a español. La última hazaña la prohibición de los toros. Pero antes acabaron con la rica tradición flamenca de Barcelona. Recordemos que Carmen Amaya, Lola Flores, el Pescailla, Peret, El Gato...y muchos mas eran de Cataluña.
Todo este desaguisado, pon no decir crimen contra la humanidad, quiere arreglarlo ahora el ministro de educación Wert, con la nueva ley. Que iluso. Por mucho que ahonde en los contenidos españoles, tendrán que darlos los maestros nacionalistas seleccionados concienzudamente por años de gobierno convergente. Serán ninguneados.
Los catalanes viven su historia como si fuera ayer. Se levanta con el olor a polvora del sitio de 1714. Tiene a Wilfredo el Piloso como su abuelo y a doña Petronila comu una prima. Hay que reconocer que esos maestros-comisarios han hecho un buen trabajo.
El problema viene de antituo. Sin embargo, el sistema educativo no parece haber hecho nada para solucionarlo, sino más bien al contrario.
ResponderEliminarUn sistema educativo que, por otra parte, según se demuestra en las pruebas que se utilizan para valorarlo, es un fracaso.
Lo que apuntas fue hecho antes en el País Vasco con más contundencia. O les votabas, o no votabas o te ibas.
ResponderEliminarEl nacionalismo usa las herramientas más adecuadas en cada lugar. En una ideología excluyente. Porque no hay nada de sustancia debajo. Por eso sus dirigentes, que chupan del bote, recurren a las emociones, a la "identidad", al terruño y la lengua regional que no tiene ningún futuro, dicho sea de paso y que cuesta una pasta.
La clase política española, los partidos, son una empresa de colocación de familiares, amigotes y paniaguados, pura incompetencia. Hasta tienen juventudes, para meter a los retoños en el chollo desde que tienen pantalones cortos.
Pero es que a nivel regional, la cosa ya alcanza niveles de caciquismo y corrupción ilimitada. Nuestra tierra es nuestra pasión dicen, mientras se forran y esquilman a los individuos.
Pero si los individuos se comportan como borregos, lo tiene merecido. La verdad es que roban, pero roban poco para lo que les permiten.
Ante las mentiras y el desconocimiento a veces es mejor ni comentar. Se que esto no tendreis los cojones suficientes de publicarlo, porque no hay más fascista que el intenta disfarzarse de liberal y en este diario el fascismo abunda en cantidades increibles... El 20N esta cerca, podeis ir a rezar para que se levante... A lo mejor obrais el milagro
ResponderEliminarComo ves, anónimo, te he publicado.
ResponderEliminarAquí no tenemos nada que ocultar y es más, por si no te habías dado cuenta, todos no tenemos las mismas opiniones; pero claro, le es dificil darse cuenta a alguien que, despotricando de un medio, no saca la nariz de él y en vez de argumentar, se dedica a quejarse de modo victimista y a repetir las mismas tonterías habituales.