martes, 7 de diciembre de 2010

El problema islamico

Asi Bibi espera en el corredor de la muerte de alguna oscura carcel pakistaní, rezando para que los recursos judiciales y las presiones occidentales y hasta del propio gobierno del Pakistán ablande los corazones de los ulemas representantes de Ahla el misericordioso.
¿Cual es el crimen de esta mujer? Ser cristiana, y pelearse con un tendero del mercado.
Supuestamente blasfemo contra el profeta ¿Es esto razón para matarla?
A los ojos occidentales se nos hace incomprensible este veredicto, mas común de lo que parece en tierras mahometanas. Realmente una autentica locura. Supongamos que todo el asunto sea producto de alguna incompresible lucha política entre los clerigos y el gobierno. Esto no explicaría el silencio de otros países árabes, ni siquiera de representantes musulmanes occidentales.
Tal parece que el Islam tenga un grave problema de conceptuación semiótica. Ningún valor tienen las palabras que se llevan el viento y que al pronto de pronunciarse se olvidan. Esta venganza insensible y atroz demuestra un conflicto de grave trascendencia entre el islam y el resto del mundo civilizado.
En el caso de que esta mujer fuera asesinada por esos fanáticos, se colmaría el vaso que ha ido sumando muertes inocentes por las turbas serracenas, para atroz ley islámica o por la actividad terrorista financiada sobre todo por las gentes de Arabía Saudi y otros países. Se abriría una brecha insalvable.
La declaración del Islam como secta destructiva, la prohibición de su practica en occidente, la denegación de permisos de emigración y expulsión de extranjeros islámcios. El cierre de fronteras y de relaciones comerciales mas allá del petróleo. El establecimiento de un cordón sanitario-militar sería exigido por amplias capas de la población civilizada.
Que se vayan olvidando los musulmanes de El Prat de su nueva mezquita sino salvan a esa mujer.

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