domingo, 30 de enero de 2011

El fracaso de una revolución

Oriente medio arde en una cadena de levantamientos y motines revolucionarios que se extiende como la estopa por todos las dictaduras del planeta. Los manifestantes claman por la libertad y la democracia.
Que pena de sangre derramada, es claro que no llegarán a nada, salvo a empeorar todavía mas sus vidas. La democracia y la libertad no van necesariamente de la mano de las mejoras económicas. Al contrario a veces son contraproducentes.
De los actuales países en llamas actualmente, el que más posibilidades de desarrollo económico tenía es Argelia. Una simple subvención de los alimentos ha acallado las protestas. Y es que ande yo caliente, ríase la gente.
El problema de estos países es la superpoblación, propiciada por el éxito de sus dictaduras que habían optimizado los recursos del país, repartiendolos entre sus amiguitos. Permitiendo a la población trabajar y tener familias numerosas tal como acostumbra la cultura árabe. Naturalmente esto a llegado a su saturación, ya no hay mas pastel para repartir, o sobras que es de lo que suele vivir el pueblo.
Echar a sus dirigentes y repartir las riquezas, entre otros pocos, no va a servir de nada. Con lo que volverá la frustración, esta vez en contra de la democracia y los políticos. Es una historia que conocemos muy bien en España.
El resultado final será una dictadura todavía mas férrea que la anterior, bien de corte islamista o militar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por vuestros comentarios, en breve serán públicados.