Si,8.000 personas se han manifestado en Barcelona contra todo lo que está pasando, es una cifra que ni de lejos han conseguido los sindicatos oficiales, en los que nadie cree, mas que los que cobran de ellos.
Podríamos decir que algo se mueve contra todas las injusticias que estamos padeciendo. Pero no nos engañemos, estos antisistemas ya están previstos por el sistema. De echo lo refuerzan, pues justifican un aparato represivo importante que implica a miles de personas, desde el humilde policía hasta el ministro del interior, pasando por fiscales, jueces, educadores, prisiones...etc.
Ahora sabemos que los supuestos dentro del sistema había muchos mas antisistemas que fuera, cargandose el sistema mismo y haciendo volar el capitalismo desde dentro. Pero curiosamente, no ha pasado nada.Y es porque hay nivel supuerior, un supersistema.
Un supersistema aparentemente indestructible, al menos desde fuera.
Pero con los casos que están pasando en el mundo árabe hemos descubierto como se puede luchar contra los sistemas. Tunez y Siria. Dos caras de la misma moneda.
Como todo el mundo sabrá en definitiva no ha sido el pueblo el que ha derribado los regimenes de Tunez y Egipto. Sino el ejercito. O sea los garantes últimos del mismo supersistema.
y es que el sistema solo se puede derribar desde dentro, desde dentro de las cupulas militares, económicas y políticas. Desde luego es muy díficil acceder a esos puestos, pero no imposible con una organización detrás. Es conocido el caso de la masonería y otras organizacines politicas y religiosas.
Pero cambiar un sistema malo por otro que podría ser peor, o cambiar por cambiar no tiene sentido. Se ha de dilucidar un sistema perfecto, un sistema definitivo, el hiperparasistema de los sistemas. Una labor muy compleja, demasiado compleja, de hecho no se sabe de ninguna facultad de sociología o ciencias políticas que este afrontando el reto.
En el caso concreto de España, lo que el sistema necesita es que los partidos políticos no aúpen ni dejen escalar el escalafón a gente corrupta o incompetente.
ResponderEliminarHay que gestionar mucho dinero público, como nunca y el mundo tecnológico es muy complejo para que unos vendepeines puedan ocupar altos cargos.