viernes, 20 de abril de 2012

George RR Martin contra Cervantes


A punto de acabar la tercera entrega de las adictivas novelas de Doble R Martin, Canción de Hielo y Fuego, mas conocidas por su primera entrega, Juego de Tronos. Creo que ya puedo criticarlo un poco.
Estas novelas, me parece que son siete entregas, aunque al español solo hay traducidas cuatro en toda clase de formatos. Incluida la serie, los comics, juegos de rol y hasta videojuegos. Todo un gran montaje al servicio de la monumental saga. Demasiado como para pensar que sean obra de un solo individuo. Puede que el ponga el sello personal y el estilo, pero las multiples tramas, hacen sospechar de que haya un equipo de colaboradores detrás. Estariamos ante la literatura en comandita, nada nuevo. Ya Alejandro Dumas tenía un taller de negros que le escribian las novelas. Y me parece que ese es la forma mas común de escribir de los autores consagrados. Escriben una novela que gusta, y el editor le pone a sus servicio un equipo de colaboradores para las próximas entregas.
No me voy a quejar, que duda cabe que el producto resultante suele ser mejor que la obra de un esforzado y solitario autor.
En el caso de Juego de Tronos, el resultado como dije, es adictivo, lo que es su mejor y su peor baza. La factoría Martin ha configurado un gran culebrón medieval, extraido directamente de los juegos de rol y a la manera de las antiguos libros de caballería. Si, efectivamente los mismos que volvieron loco a Don Quijote.
Estos libros se ve que eran muy populares en los albores del invento de la imprenta, pero solo han quedado unos cuantos. Las sagas del rey Arturo, el Amadis de Gaula, Tirant lo Blanc, tal vez Orlando Furioso...y para de contar. El Quijote acabo con todos ellos, riendose de los mismos.
Ahora vuelve George RR Martin, ¿para que?
¿Quiere volvernos locos, quiere que perdamos el tiempo con frikadas, quiere sacarnos el dinero?. Las tres cosas a la vez.
El mundo del frikismo se ha vuelto un gran negocio. Lo que inventara George Lucas por casualidad y para entretener a los niños, se ha vuelto una industria millonaria a la que muchos quieren incarle el diente. ¿Quien iba a pensar en pleno 1973 en plena guerra fria y también caliente en Vietnan que la sociedad caminaba hacia el infantilismo permanente? Millones de jovenes y adultos estancados en una infancia idílica de ensueño y fantasia, pero con un gran poder adquisitivo.
El Quijote fue el primer friky, y desde entonces la locura domina el mundo. Los libros no nos han hecho menos idiotas, como tampoco lo hace Internet. Solo potencia nuestras nuestras capacidades para bien y sobre todo para mal.

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